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¿Que es Megapraxis? El mundo cambia, y el cambio constante es una de las ideas que conciernen a la Megapraxis, (Heráclito: "Todo fluye"). Otra es su universalidad: es global; hay que analizar todo, explicar todo; no nos conformamos con las partes. La realidad siempre es compleja y la complejidad también es megapráctica. Pero no todo va a ser análisis. Debe haber praxis ¿no? Pues eso, propuestas de acción práctica, que es lo que modifica la realidad. En resumen, conocer mejor la realidad para proponer acciones que la transformen, que la hagan progresar, que sumen “cuantos de progreso”. Pasito a pasito. Es muy simple. Pero no es fácil.

sábado, 16 de abril de 2011

Las leyes fundamentales de la estupidez humana

Todo el mundo posee una idea intuitiva de lo que es la inteligencia, e igualmente de su carencia, la estupidez. Sin embargo, definir, medir, sistematizar estos conceptos, definir escalas, tipos, etc, son tareas arduas de las que se ocupan psicólogos que aun no han alcanzado un consenso universal en este campo. Por eso, conseguir una definición clara de lo que es y en que consiste actuar de forma inteligente es una tarea difícil que hay que valorar en su justa medida. Pero si además se describe en términos sencillos, fáciles de entender, accesibles a todo el mundo, universales, entonces estamos ante una gran obra. Y si encima se hace en tono humorístico, con un trasfondo crítico, y la dosis justa de ironía, seguramente estamos hablando de la obra de un genio: Carlo María Cipolla y su "Allegro ma non troppo". 
¿Quien era Carlo María Cipolla? ¿Que es allegro ma non-troppo? ¿Que son las "leyes fundamentales de la estupidez humana? Pues vayamos por partes. Carlo Maria Cipolla era un economista e historiador de su disciplina. Un erudito. Un sabio. Un académico con gran perspicacia, clarividencia y sentido del humor. Nació en Italia en 1922. Allí estudió y fue profesor en varias universidades. Marchó a completar su formación en París, Londres, y más tarde en Estados Unidos, donde ejerció la docencia como catedrático en la Universidad de Berkeley. Murió en 2000. "Allegro ma non troppo" es un ensayo en tono humorístico, escrito para divertir a los amigos, circulando primero de mano en mano, luego en fotocopias, y que poco a poco transcendió del ámbito próximo a Cipolla, hasta que fue editado en 1988 (versión en español en Mondadori, 1991). Consta de 2 ensayos independientes. Mientras que el primero, titulado "El papel de las especias (y de la pimienta en particular) en el desarrollo económico de la Edad Media" es una parodia de los excesos en la interpretación de la historia económica, escrito al modo de artículo académico, el segundo, que es el que nos interesa aquí, se titula "Las leyes fundamentales de la estupidez humana". Como ocurre a menudo cuando el humor se hace con inteligencia, describe de un modo sorprendente el comportamiento humano (no solo el estúpido, de hecho, establece una regla de clasificación muy útil, aplicable -y aplicada- a diversos campos de la actividad humana). Haremos un breve resumen, pero aconsejamos la lectura y disfrute de este pequeño ensayo de apenas 27 páginas.
Comienza por señalar que la humanidad se encuentra en un estado deplorable (en eso no ha cambiado nada desde 1988) lo cual es normal, si tenemos en cuenta que el mundo cuenta con un influyente grupo de personas que actúan aparentemente sin coordinación, pero en sintonía, y tienen mucho poder: los estúpidos. A continuación analiza las leyes que gobiernan la estupidez humana:
-Primera: "Siempre e inevitablemente, cada uno de nosotros subestima el número de estúpidos que circulan por el mundo". Esto es por dos motivos: 1- personas que uno ha considerado racionales en el pasado se revelan como estúpidas de repente, y 2- nuestra actividad se ve obstaculizada continuamente por estúpidos con los que uno no contaba, que van apareciendo inesperadamente en el camino. La primera ley se traduce en que la proporción de estúpidos (e) en la población siempre es mayor que lo que nosotros mismos creemos.
-Segunda: "La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona". O lo que es lo mismo, la proporción (e) de estúpidos es la misma sea cual sea el grupo humano del que estemos tratando. Pone un ejemplo: en el ámbito universitario hay, de forma muy general, cuatro grandes grupos, bedeles, estudiantes, empleados y cuerpo docente. Pues bien, un "estudio" reveló que la proporción (e) de estúpidos era la misma en los cuatro. Es más, esa proporción no varía, por ejemplo, entre la élite de los galardonados con el premio Nobel. Es una ley que si bien diferencia a una parte de la población -los estúpidos-, es una propiedad bastante igualitaria por cuanto afecta del mismo modo a hombres y mujeres, a países ricos y pobres, a todas las clases sociales, niveles educativos, etc. Y siempre (primera ley) es subestimada.
Antes de pasar a la tercera ley, hay que describir que se entiende por estúpido. Para ello, Cipolla nos proporciona una herramienta gráfica muy sencilla a la vez que poderosa. Una representación en dos ejes perpendiculares nos permite describir los resultados de cada interacción entre dos personas (cada transacción, cada "ayuda", cada "favor", cada "zancadilla", etc, etc). El eje horizontal (x) es el beneficio que resulta de esta interacción para el indivíduo "A", y el eje "Y" el beneficio para el indivíduo "B". Supongamos que "A" es el lector de este blog. Como vemos en el gráfico de la figura a continuación, los dos ejes dividen el plano en 4 cuadrantes, que llamaremos I, M, E y H.




El cuadrante I representa los resultados que han sido positivos para ambas partes. Es la sección del plano que recoge los resultados de acciones "inteligentes", que son aquellas que procuran ganancia tanto para nosotros como para los demás. El cuadrante M recoge resultados buenos solamente para una de las partes, el lector, mientras que es perjudicial para la otra parte. Son los resultados de acciones "malvadas", aquellas que solo buscan el beneficio propio aunque sea a costa de perjudicar a los demás. El cuadrante H, por el contrario, recoge los resultados de acciones que son buenas para los demás, pero malas para uno mismo, que en este caso obra como un "ingenuo". El ultimo cuadrante (E) es el más interesante, pues recoge resultados malos para ambas partes. ¿Como es posible? Solamente si el responsable es un estúpido. Y esto nos lleva a la tercera ley:
-Tercera: "Una persona estúpida es aquella que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener al mismo tiempo un provecho para si, o incluso obteniendo un perjuicio". 
En efecto, los estúpidos (y su cualidad, la estupidez) pueden definirse como aquellos que en sus acciones perjudican tanto a los demás como a sí mismos. Según Cipolla, no hay otro grupo humano más peligroso que este, ni siquiera los malvados, porque mientras éstos deben limitar sus acciones a aquellas que no solo eviten perjudicarse a si mismos, sino además les hagan obtener un beneficio, los estúpidos no tienen límites. Son capaces de hacer cosas inauditas, sin tener en cuenta que perjudicarán tanto a ellos como al resto de las personas. Por ello son muy peligrosos, porque esas acciones son imprevisibles. Un malvado es hasta cierto punto previsible: su previsibilidad reside en su búsqueda de beneficio. Puede ser más inteligente (en este caso sus resultados se aproximarán más al lado positivo del eje X y se alejarán del lado negativo del eje Y) o menos (ocurrirá lo contrario). Podemos incluso pintar una diagonal en la bisectriz del cuadrante M para distinguir las acciones predominantemente inteligentes de los malvados (lado superior de la bisectriz) y las predominantemente malvadas (lado inferior). Las primeras procurarán mayor beneficio al malvado sin causar demasiados perjuicios a los demás. Las segundas tendrán poco beneficio para el malvado a cambio de grandes perjuicios para los demás. 
Sin embargo la capacidad de causar estragos de los estúpidos es ilimitada. Tengamos en cuenta, dice Cipolla, en la exquisita proporción e de estúpidos situados en posiciones privilegiadas de poder, gobiernos, grandes empresas multinacionales, organismos internacionales, centros de decisión que pueden cambiar el mundo, arruinar en un solo momento años de esfuerzos por mejorar de forma inteligente la vida de las personas (al contrario que la estupidez, la inteligencia requiere mucho esfuerzo para ponerla en práctica). Ademas, otra característica del estúpido es que no sabe que lo es. Mientras los inteligentes, los malvados y los ingenuos suelen tener noción de que lo son, los estúpidos no tienen ni idea, y ello les confiere una mayor peligrosidad, si cabe.
-Cuarta ley: "Las personas no estúpidas subestiman el poder nocivo de las personas estúpidas". El no tener en cuenta este hecho ha causado pérdidas irreparables a la humanidad.
-Quinta ley (corolario): "La persona estúpida es el ser más peligroso que existe". 
Puede parecer que en las sociedades en decadencia (la nuestra lo es) el porcentaje de estúpidos es mayor que en las sociedades en ascenso, pero esto no es así. Sin embargo, existe un efecto que podría "amplificar" el efecto de las acciones de los estúpidos en las sociedades en decadencia, y es que éstas son más tolerantes para con los estúpidos. Además, en las sociedades en decadencia existe una alarmante proporción de malvados con elevado porcentaje de estupidez en el poder, del mismo modo que entre los que no están en el poder aumenta el número de incautos. Tales cambios en las proporciones de no estúpidos en la población incrementa el poder destructivo de éstos y conduce al país a la ruina.


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