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¿Que es Megapraxis? El mundo cambia, y el cambio constante es una de las ideas que conciernen a la Megapraxis, (Heráclito: "Todo fluye"). Otra es su universalidad: es global; hay que analizar todo, explicar todo; no nos conformamos con las partes. La realidad siempre es compleja y la complejidad también es megapráctica. Pero no todo va a ser análisis. Debe haber praxis ¿no? Pues eso, propuestas de acción práctica, que es lo que modifica la realidad. En resumen, conocer mejor la realidad para proponer acciones que la transformen, que la hagan progresar, que sumen “cuantos de progreso”. Pasito a pasito. Es muy simple. Pero no es fácil.

domingo, 25 de septiembre de 2011

El ocaso de la Tierra (o La gran pirámide)

Si seguimos alimentando la codicia, con el tiempo una sola persona lo poseerá todo y el resto de la humanidad no poseerá nada.

Los sistemas de seguridad detectaron un objeto a la deriva en medio de la trayectoria de la nave. Al acercarse pudieron percibir que se trataba de algo artificial, una especie de cápsula. Enviaron una patrulla para inspeccionarlo. Al acercarse comenzaron a recibir una señal procedente del objeto. Extrañamente, la señal no estaba codificada. El capitán comenzó a leer el texto según iba apareciendo en la telepantalla:

"...en 2025, al final de la era de los Estados, quedábamos aún siete grandes Corporaciones. Liquidar los Estados fue coser y cantar, pues casi se autoliquidaron ellos mismos. Nosotros sólo les mostramos el camino a seguir ("eliminad ciudadanos, cread súbditos; eliminad derechos, cread obligaciones; eliminad educación, cread ignorancia") y ellos lo siguieron como corderitos que van al matadero. Una vez que nos repartimos el botín comenzaron las hostilidades. Distintos intereses acabaron por conformar dos grandes bloques, la Alianza y el Eje, abocados a enfrentarnos poco después, en la Gran Guerra Absoluta. El Eje fue vencido, aplastado, liquidado, borrado del mapa. Fue un gran triunfo, porque las fuerzas estaban igualadas y tanto el Eje como la Alianza tenían una capacidad igualmente terrible de aniquilación. Sin embargo, vencimos al Eje, sin duda porque para ganar no basta con tener capacidad de exterminio, sino que además es imprescindible una determinación absoluta para emplear esa capacidad contra el enemigo, y emplearla antes que éste.
Con la Alianza dominando hegemonicamente el Mundo no llegó la paz. Por el contrario, empezaron las luchas entre los Presidentes de las tres Corporaciones que entonces formábamos la Alianza. En una maniobra hábil y rápida, los dos más fuertes hicimos una OPA hostil al tercero, quebrando su Corporación. Nos repartimos sus holdings y los mercados correspondientes, que pasaron a nuestro Dominio, junto con su arsenal nuclear y biológico. Ya libres de competencia, el presidente de la otra Corporación murió de forma inesperada dejándome a mi como único heredero de su Imperio. 
El Mundo ya es mío. Poseo toda la riqueza y todo el poder. La Humanidad entera me pertenece. Tengo el control absoluto sobre todas las cosas que hay en la Tierra. Toda mi vida he luchado con el único objetivo de vencer, de triunfar, de llegar hasta aquí. He sometido a todos mis enemigos. Los pocos supervivientes de esas batallas son ahora mis esclavos. Ya no hay enemigos contra quien luchar. 
En el tiempo que me queda de vida se inicia una nueva era de paz. He dispuesto construir una gran pirámide que sirva como mausoleo que conmemore mi existencia eternamente. Será colosal, porque en ella no sólo se dará sepultura a mis restos, sino también a todas mis riquezas materiales. En ella enterraré también mis armas de destrucción masiva, dispuestas de modo que, si tras mi muerte, alguien osara profanar mi eterno descanso, se ponga en marcha un programa de aniquilación que acabará con el planeta. A la vez, mis restos serán lanzados en una cápsula hacia el espacio, donde encontrarán eterno descanso".


El capitán levantó los ojos de la telepantalla y dio la orden a la nave: "¡DESTRUIR!". Una vez que la patrulla se encontraba segura, un rayo hizo estallar la cápsula, reduciéndola a polvo estelar. La patrulla regresó a la "Resistence", una gran nave del Eje, superviviente de la Gran Guerra Absoluta, que continuó la búsqueda de un planeta habitable.


Más cuentos del 15M en este blog:

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Grecia, Europa y el armagedón

Continuando con la entrada anterior (El verano en que se aceleró la historia), seguimos haciendo la crónica de lo que está pasando estos días en torno a la crisis económica y sus consecuencias políticas.

Ya dijimos en la entrada anterior que el FMI había lanzado una alerta sobre una "inminente recesión global". Cada día que pasa desde entonces los hechos parecen confirmar que avanzamos rápidamente hacia esa recesión. Algunos son incluso más alarmistas y dicen que estamos "al borde del abismo" (Felipe González). También dijimos que Grecia estaba a punto de la bancarrota, y a medida que pasan los días se confirma que Grecia no va a poder pagar su deuda, ni siquiera va a poder pagar a sus funcionarios a partir de octubre. Grecia está efectivamente al borde del abismo económico. La quiebra de Grecia, a decir de muchos comentaristas/analistas va a traer el Armagedón a la Unión Europea. Primero, los acreedores de Grecia son principalmente bancos europeos, entre ellos sobre todo franceses y alemanes, que verán rebajadas sus calificaciones inmediatamente. Como ya aprendimos con la quiebra de Lehman Brothers en 2008, esta situación se contagia muy rápidamente a otros bancos. Las economías más débiles de la zona Euro, entre ellas España, pueden ir colapsando en serie, pero las más fuertes tampoco se van a librar. Con tiempo, el abismo se irá tragando también a los países de la UE fuera del Euro (Reino Unido, Suecia...). Las repercusiones que ello tendrá  en el resto del mundo, incluyendo EE.UU., son difíciles de prever, pero las tendrá, y muy serias. Lo último es que el FMI prepara el "rescate" de España e Italia, con un fondo "ad hoc" de 400.000 millones de €. Sabemos, por la experiencia de casi 4 años de crisis, que los "rescates" (del FMI, del BCE, etc) no son otra cosa que parches que pueden paliar temporalmente los problemas, pero no los solucionan, y con el tiempo se vuelven a manifestar, si cabe más virulentamente. Los rescates pueden por tanto contribuir a crear más problemas.

En términos políticos, en España estamos al final del mandato del gobierno actual, que en la práctica no tiene ningún margen de maniobra, a poco más de 2 meses de la fecha electoral. Este gobierno del PSOE, podemos resumir, ha errado profusa y sistemáticamente en el manejo de la situación ante la crisis, ha defraudado a su electorado, y es percibido como un fracaso. El partido en el gobierno, en un intento por redimirse de sus errores a la hora de ofrecer una candidatura para las próximas elecciones, ha promovido a uno de sus miembros (el ex-ministro del Interior) a la candidatura a la presidencia del gobierno en las próximas elecciones. El principal problema que tiene este candidato es el de explicar qué tiene que aportar de nuevo un miembro del gobierno que no supo actuar ante la crisis. Las encuestas vaticinan un fracaso electoral sin precedentes en el PSOE, que incluso amenaza a la propia supervivencia del partido. Si se confirman estos malos augurios, la crisis, pero sobre todo los errores del gobierno ante ella, no solo le costarían al PSOE el gobierno, sino el propio partido.

La ciudadanía ve estos acontecimientos con perplejidad. Percibe cómo un torrente de noticias alarmantes se  van desgranando en los medios, y que los responsables de controlar la situación no saben qué hacer. Si van notando que, aunque los políticos no saben cómo hacer frente a la crisis, cada uno la aprovecha para hacer cosas que en tiempos mejores no se atreverían, pero que con la excusa de la situación excepcional que vive la economía, se atreven. Se puede decir que la crisis ha venido muy bien para reducir derechos laborales y sociales en general, como liberalizar más las contrataciones laborales, alargar los plazos de cotización y la edad para cobrar las pensiones, reducir salarios, reducir y a veces privatizar servicios públicos, entre ellos algunos tan básicos como la educación, precisamente aquéllo en lo que tenemos que basar cualquier estrategia para salir de la crisis. Estas medidas, tendentes a reducir derechos y servicios públicos, han sido tomadas tanto por el gobierno de la Nación como por los gobiernos de las Comunidades Autónomas, independientemente de su signo político, aunque son todas ellas medidas de inspiración neoliberal. Este hecho es muy relevante. El miedo a un Armagedón económico ha hecho que un partido de inspiración socialdemócrata como el PSOE haya abrazado el catecismo neoliberal como un converso arrepentido. La factura que le va a pasar esto se verá en breve.

Pues bien, la ciudadanía ha podido comprobar cómo todas y cada una de las medidas neoliberales aplicadas a evitar/reducir el impacto de la crisis han sido engullidas una tras otra por una vorágine de datos macroeconómicos cada vez más alarmantes. En definitiva, ninguna de estas medidas ha sido efectiva, y actualmente estamos igual que estaríamos si no se hubieran tomado. El caso de la reforma de la Constitución es paradigmático. No se consensuó lo suficiente, se hizo a espaldas de los ciudadanos (con el coste que puede tener eso en términos de desafecto constitucional y hacia la Democracia en general), pero lo más importante: no hacía falta y no ha servido para nada. Como todas las demás medidas, se ha ido por el desagüe de la crisis. Los ciudadanos perciben con horror que no hay nadie competente en el timón de la nave, y ésta va a la deriva, a estrellarse contra los arrecifes. Y esto ocurre no solo en España, sino también a nivel internacional, con dirigentes europeos dando palos de ciego, bancos centrales y otros organismos de control indecisos y erráticos, que deciden bajo presión, a menudo lejos del interés general. Las medidas neoliberales han sido fuertemente criticadas por los más prestigiosos economistas, entre ellos varios premios Nobel de economía, que ven en ellas intentos de "apagar el incendio con gasolina". Lejos de las medidas restrictivas, se necesita justo lo contrario: un "New Deal" de expansión del gasto público que reanime a la moribunda economía, al estilo del que sacó de la crisis a EE.UU. de la gran depresión de 1929. El problema es que nos falta un Roosevelt.

¿Y que pueden hacer los ciudadanos? Pues para empezar, no dejarse engañar. Las medidas anti-crisis son realmente recortes de derechos y servicios que no se deben permitir. La crisis es una excusa. Con la crisis se genera un clima de miedo que viene a favorecer la aceptación de los recortes como "mal necesario" ante males peores. Los ciudadanos deben abandonar el miedo al Armagedón y exigir un cambio de política económica. Si estos líderes no quieren o no pueden, habrá que cambiarlos por otros. Las elecciones son una vía, aunque es improbable que algo cambie a través de las urnas en esta coyuntura, pero hay otras vías de cambio, a saber: la implicación de los ciudadanos en movimientos sociales como el 15M, con potencial para regenerar la vida pública (quizá este sea el verdadero papel de este movimiento); hacerse oir, mostrar nuestro enfado, a través de la participación en iniciativas ciudadanas, protestas, manifestaciones; la participación en medios de comunicación, internet, etc. Los ciudadanos deben implicarse y trabajar si quieren evitar que otros les terminen llevando a la ruina.
Evitar el Armagedón está en nuestras manos, y estamos en el momento preciso para evitarlo. Hay que actuar: la hora de la PRAXIS ha llegado.



miércoles, 7 de septiembre de 2011

El verano en que se aceleró la Historia

Hasta ahora habíamos eludido en este blog hablar de la actualidad. No por nada, pero entendíamos que ya hay muchos blogs dedicados con acierto a comentar la actualidad. Creíamos que el espacio de este blog tenía que  tratar otros temas más de fondo, que dieran otra información, que ayudaran tanto a interpretar  como a preguntarse sobre la realidad. Por ejemplo,  aquéllos que tenían en común exponer cómo las falsas ideas se hacen fuertes en mentes poco reflexivas, y cómo se pueden combatir usando la razón, y sobre todo enfrentándolas con la realidad en forma de datos  hechos. En este contexto hemos abordado algunas cuestiones como: las contradicciones del liberalismo (1), la actitud de la Iglesia ante la ciencia (2), el cambio climático (3), la inteligencia humana (4)(5), los límites del conocimiento (6), la entropía social (7)(8), el sectarismo (9), etc. Unas pocas veces nos hemos acercado a cuestiones económicas más candentes y a su dimensión política, si bien las hemos tratado muy someramente (10) y en algunos casos incluso "literariamente" (11)(12)(13). Teníamos preparados algunos otros temas que, en esta misma línea, intentaban exploran ese límite indefinido entre la ciencia y el pensamiento. Pero hemos tenido que parar y valorar todo de nuevo, ante los acontecimientos políticos y económicos que están teniendo lugar ahora mismo, en lo que parece una verdadera aceleración de la historia, y que van camino de producir cambios muy notables, ante los cuales, los temas que pretendíamos tratar quedan como pequeñeces sin importancia. De modo que abrimos un paréntesis para atacar la actualidad política y social, porque la que está cayendo es como para pensar, pero sobre todo para actuar.

Empezaremos por el final: hoy, 6 de septiembre de 2011 ha caído la bolsa dejando el IBEX 35 por debajo de los 8000 puntos. Recordemos que antes de la "crisis" (2007) estaba en 16000, de modo que de media las acciones de las empresas españolas han visto reducido su valor a la mitad en muy corto plazo. Esto ocurre el mismo día en que los sindicatos y otras organizaciones, notablemente el movimiento 15M, se han manifestado en Madrid y otras ciudades españolas contra una reforma de la Constitución que introduce un límite del déficit  público, aprobada sin consenso (los dos partidos mayoritarios votaron a favor, el resto o en contra o se abstuvieron) por la vía extra-urgente, en pleno mes de agosto, con el difuso objetivo de "dar confianza" en la solvencia de la economía española. Fuertemente contestada, insuficientemente explicada su extrema urgencia, y menos aún la necesidad de fijar "a fuego" en la Constitución semejante regla economicista, que puede ser buena en tiempos de crisis, pero no tanto en tiempos de bonanza, la reforma constitucional (que constituye en sí un hecho extraordinario en nuestra Democracia, pues solo ha habido otra reforma, para adecuar la Constitución a nuestra incorporación a la UE) se ha quedado vieja, olvidada en el cajón (muy abarrotado, por cierto) de las medidas contra la crisis que han perdido vigencia en cuestión de horas tragadas por una vorágine de caídas bursátiles, subidas vertiginosas de la "prima de riesgo" (diferencial del tipo de interés pagado por la deuda española con respecto al de referencia alemán), aumento continuo de la cifra de parados (en este momento 4.131.000, el 21% de la población activa española), afectando sobre todo a jóvenes (46% desempleo en menores de 25 años). Todo ello en un contexto internacional no menos preocupante: países de la UE en cuasi-bancarrota, entre los que destaca Grecia, que a estas alturas ya sabemos que no va a poder pagar su deuda, y otros que van detrás como Irlanda, Portugal e Italia, que como España, afrontan un futuro económico muy negro. A día de hoy no se sabe (o al menos el público general ignora) el alcance de esta crisis para la estabilidad de la zona Euro y de la Unión Europea tal y como la conocemos hoy. La crisis es de naturaleza financiera y los bancos afrontan un futuro muy incierto sin liquidez y con un agujero estimado de 230.000 millones de Euros, situación similar a la quiebra de Lehman Brothers en 2008, que desencadenó la primera "gran caída" de la crisis (aunque esta vez sin el colchón financiero de los Estados que acudieron a salvar la banca endeudándose hasta las cejas). El FMI advierte del peligro de "recesión inminente" a nivel mundial (EE.UU. no está mejor) y un coro de patéticos dirigentes europeos replica que no hay peligro de recesión, todo lo más de cierta "desaceleración" (¿les suena?).

De todo lo anterior destacan dos cosas sobre las que reflexionar:
1) La ínfima credibilidad de una clase política que no ha hecho nada por evitar el desastre económico que se nos avecina, unos, desde el gobierno, ya sea el central o los autonómicos, que primero niegan los problemas para luego tomar medidas mal dirigidas, a veces contradictorias, que quedan en evidencia a las pocas horas de entrar en vigor, y que además no explican a los ciudadanos la situación ni el porqué de tales medidas, como si los ciudadanos fuéramos incapaces de comprenderlas (como si fuéramos idiotas, en definitiva). Otros, desde la oposición, pero seguros de obtener votos suficientes para gobernar en las próximas elecciones (se me olvidaba: todo esto ocurre a escasos 2 meses y medio de unas elecciones generales que se han anticipado debido a la grave situación en que se encuentra el país) que lo único que aciertan a decir es lo mal que lo hace el gobierno actual y que ellos lo harán mejor, pero no dicen lo que van a hacer para hacerlo mejor, pero eso sí, cooperan con el gobierno actual para introducir una reforma constitucional con "agostidad" y alevosía, y reproducen los mismos errores que atribuyen al gobierno en las CC.AA. en las que han gobernado. El debate político se ha reducido al nivel intelectual de una riña de patio de colegio que recuerda el viejo chiste ("¡Oye tú!", "¡Pues anda que tú!"). La ciudadanía se ha dado cuenta hace tiempo de la incompetencia de sus dirigentes y ya ha empezado a manifestar su enfado frente a esta casta política de indigentes intelectuales poderosos, privilegiados y bien pagados, que además no dirigen, sino que son dirigidos por otros, cayendo sobre muchos de ellos la sombra de la sospecha por corrupción. El mes de agosto ha sido pródigo en manifestaciones y actos públicos que evidencian el hartazgo de la ciudadanía frente a sus políticos. pero esto no ha hecho más que empezar, y el otoño promete ser muy caliente hasta las elecciones del 20 de noviembre.
2) La ilimitada avidez de dinero, el desmedido afán de lucro, la ignominiosa avaricia acompañada de una bajeza moral sin límites, que exhiben sin pudor los dueños del capital (por ponerles un nombre), que han mostrado que son quienes realmente mandan, y que son capaces de abalanzarse ciegamente sobre cualquier presa que se muestre debil, vulnerable, sin importarles que la presa sea un país o muchos, a los que arruinarán, llevando a la pobreza y al sufrimiento a millones de ciudadanos, o especulando con materias tan sensibles como los alimentos, con la certeza de que llevarán a la hambruna a millones de personas.

De todo esto han tomado buena cuenta los ciudadanos, porque en estos tiempos en que se ha acelerado la historia, a algunos se les ha caido la careta. Hemos visto el rostro de los que nos arruinarán si no tomamos las riendas nosotros. Ya hemos empezado. La gente se ha echado a la calle en muchos países, y cada vez va a haber más gente en la calle para parar el expolio. Ha llegado el momento de la PRAXIS. Actuemos inteligentemente. Unión, determinación, fuerza. Somos más. Somos mejores. ¡Venceremos!

Megapraxis, Madrid, 6 de septiembre de 2011.