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¿Que es Megapraxis? El mundo cambia, y el cambio constante es una de las ideas que conciernen a la Megapraxis, (Heráclito: "Todo fluye"). Otra es su universalidad: es global; hay que analizar todo, explicar todo; no nos conformamos con las partes. La realidad siempre es compleja y la complejidad también es megapráctica. Pero no todo va a ser análisis. Debe haber praxis ¿no? Pues eso, propuestas de acción práctica, que es lo que modifica la realidad. En resumen, conocer mejor la realidad para proponer acciones que la transformen, que la hagan progresar, que sumen “cuantos de progreso”. Pasito a pasito. Es muy simple. Pero no es fácil.

martes, 23 de diciembre de 2014

Cuatro años del blog Megapraxis: resumen 2010-2014

Hace 4 años que este blog publicó su primer post: "El préstamo". Ya entonces se veía venir la gran estafa que se avecinaba. Desde entonces hemos ido publicando posts cada vez más centrados en la realidad económica que nos ha ido asfixiando, en una deriva sin precedentes hacia una sociedad sin duda peor. Este ultimo año no ha sido muy prolífico (9 posts con este), pero este blog está aún muy vivo, así que volvemos al tajo rememorando los cuatro años precedentes, sus devenires, sus hitos...hechos que sin duda han cambiado la percepción que hasta entonces teníamos de la política.

En el verano de 2011...
Hace 3 años y pico se desmoronó el teatrillo que tras espesos cortinajes, pintorescos decorados, alambicados forillos y adornos, y un pesado telón, ocultaban la realidad de las miserias de un país dominado por la corrupción política. En verano de 2011 ("El verano en que se aceleró la historia", como titulé a aquél post del 6 de septiembre de 2011) ocurrieron muchas cosas, un auténtico "acelerón" de la historia, en cuya vorágine se sucedieron acontecimientos que desembocaron en medidas auténticamente desesperadas, la más relevante de todas ellas fue la  reforma del artículo 135 de la Constitución por la cual se daba prioridad absoluta al pago de la deuda por parte del Estado por encima de las demás obligaciones de éste, reconocidas no ya en el articulado constitucional (léase p. ej. Artº 128.1 "Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general") sino en su preámbulo, su verdadera "declaración de intenciones", y que reza así:
La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo; consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular; proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones; promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida; establecer una sociedad democrática avanzada, y colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.
Ni que decir tiene que lo del "orden económico y social justo" y "asegurar a todos una digna calidad de vida" (por no hablar del artículo 128) son literalmente incompatibles con esa reforma del articulo 135 ejecutada de forma vergonzante, a toda prisa, sin consultar, sin dar la mínima oportunidad para debatir, por las fuerzas parlamentarias dominantes (votaron a favor PP y PSOE que reunían el 90% de los diputados de la cámara).
Desde ese fatídico verano de 2011 han pasado muchas cosas, pero todas ellas han tenido en común una importante consecuencia, que es dejar al descubierto las trampas de los trileros que nos habían estado gobernando todos esto años: se evidenció a las claras el montaje que, a cuenta de una presunta transición, había permitido prolongar un agónico régimen dictatorial intrínsecamente corrupto, maquillándolo, adornándolo para que pareciera una democracia, cosa que consiguieron hacernos creer durante tres décadas. En el verano de 2011, PP y PSOE dejaron claro que en lo esencial estaban de acuerdo: defender sus privilegios y los del poder económico que los sostiene y a los que verdaderamente representan, aún a costa del bienestar de sus ciudadanos. El vocablo "bipartidismo" se acuñó desde entonces para describir este régimen de alternancia para el saqueo del país en connivencia entre dos partidos mayoritarios (con ayuda de algunos partidos más, hay que decirlo), que estableció en esencia el régimen de 1978.
Desde luego, mucha gente ya lo detectó antes. Incluso un poco antes hubo un episodio que mostró a las claras que mucha gente no se tragaba las ruedas de molino con las que el poder nos quería hacer comulgar: el movimiento 15M, originado pocos meses antes, que eclosionó en mayo con la toma de las plazas en toda España, y muy simbólicamente en la Puerta del Sol de Madrid. Ciertamente este movimiento desencadenó una reacción genuinamente popular, que tuvo mucha influencia en lo que pasó después. Su lema ("Dormíamos. Despertamos") es suficientemente elocuente. Pero a pesar de ello, la sucesión de acontecimientos que tuvo lugar en verano de 2011 puede considerarse la "traca" que hizo despertar a la mayoría de aletargados. Vamos a hacer un repaso muy breve de los hitos ocurridos desde entonces, un ejercicio que puede que contribuya a esclarecer el momento que estamos viviendo y lo que se avecina.
Imagen de la manifestación del 19 de junio de 2011 en Madrid. La indignación empieza a tomar la calle. Al fondo, el Congreso de los Diputados, con todos sus accesos cortados.

La Gran Depresión ¿crisis o estafa?
Recordemos que en 2011 arrastrábamos 3 años de depresión económica (inaugurada "oficialmente" por la quiebra de Lehman Brothers: 15 de septiembre de 2008) y que ha alcanzado unas dimensiones y una profundidad históricas. Hago aquí un inciso para señalar que el término "crisis" con que comúnmente nos referimos a esta depresión, es un término intencionadamente pasivo, que trata de infundir la sensación de catástrofe o desgracia sobrevenida e inevitable, cuando en realidad responde a un plan que tiene unos ejecutores, los cuales son responsables del saqueo-estafa-robo que implica, pues de ninguna otra manera se puede calificar la transferencia de renta sin precedentes que ha ocurrido desde entonces de las capas más modestas de la sociedad a las más opulentas. El contexto internacional es esencial: se trata de una ofensiva neoliberal dirigida fundamentalmente a liquidar el estado del bienestar construido durante las décadas posteriores a la 2ª Guerra Mundial en Europa (una "isla" de derechos y bienestar en el contexto internacional), que consiste básicamente en determinados sistemas de protección social, incluyendo salud y educación públicas universales y gratuitas, derechos laborales, sistema público de pensiones, servicios públicos de calidad, etc. Para acabar con ello se ataca el flanco más débil, los países del sur (Portugal, España, Italia y Grecia, despectivamente denominados "PIGS" en los medios financieros) más Irlanda, con el arma más poderosa que tiene el capital internacional, la deuda, a través de su "brazo ejecutor", la troika (formada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y el Banco Mundial). El mecanismo es inflar artificialmente la deuda de estos países (la deuda pública de Alemania era más alta que la de España por aquel entonces) mediante un sistema muy simple: convertir la deuda privada (la de los bancos, que hoy sabemos que estaban en la ruina cabal) en deuda pública a través del préstamo al 0% a éstos por parte del BCE y elevando al 4% el interés que los bancos prestan a los Estados con problemas. El blindaje constitucional de esta deuda asegura a los acreedores que se cobrará por encima de cualquier otra consideración, incluso aunque el pueblo muera de hambre, frio o enfermedades. Los perdedores somos la inmensa mayoría de los ciudadanos, que vemos cómo de un día para otros se empiezan a desmantelar servicios públicos esenciales como sanidad y educación con la excusa de "ahorrar gasto publico", que según parece era excesivo (no lo era: España estaba en la cola de los países de la UE en gasto público por habitante). La amenaza era el "rescate".
La ofensiva neoliberal empezó a construir un mito para justificar el giro político emprendido en la Unión Europea dominada políticamente por el neoliberalismo extremo (de un modo escasamente democrático: ¿quien votó eso?), y que se difundió por doquier a través de los medios de masas, Entra en juego el término "austeridad". El discurso oficial califica a unos (sean individuos, grupos sociales o países) de "incompetentes", "vagos", "incumplidores", que "viven por encima de sus posibilidades", y a otros de "eficaces", "competitivos", "cumplidores", "austeros", que hacen frente a sus obligaciones (nótese la carga moral en algunas de esas calificaciones). En el centro de esta política está el gobierno alemán, que promueve este discurso situándose como país entre los campeones de la competitividad, la eficacia y el cumplimiento de obligaciones, contrapuesto a los "vagos" del sur-PIGS, subsidiados, viviendo de las ayudas europeas financiadas sobre todo por el esforzado trabajo de los alemanes y otros europeos del norte. Ya escribimos sobre esta falacia en otros posts (véase los posts anteriores de este blog: "Carta a un ciudadano del Norte de Europa", y "¿Crisis económica o corrupción generalizada?").

Las elecciones de 2011: La zorra cuidando el gallinero.
Tras aquel verano de acelerón histórico, en el que parecía que el mundo se iba a acabar, nos iban a intervenir (¡¡¡como a Grecia!!!), nos iban a imponer un gobierno gestor tecnocrático (¡¡¡como a Italia!!!), nos iban a rescatar, etc etc, vinieron unas elecciones (seguramente todo lo anterior no era ajeno a esta circunstancia). El partido que ostentó el poder durante las dos legislaturas anteriores, el PSOE, se hundió probablemente porque defraudó las expectativas de sus electores (especial importancia en ello tuvieron los "acontecimientos" del verano de 2011, y en particular la reforma del artículo 135), y ganó el Partido Popular, consiguiendo un récord de votos (casi 11 millones), y con ello la mayoría absoluta en el Parlamento y "manos libres" para hacer cualquier cosa sin contar con nadie.
Y lo hizo: apoyado en el mito fabricado por la troika ("vivimos por encima de nuestras posibilidades", "hay que disminuir el ´deficit", etc), aplicaron la "austeridad" sin remilgos, pero solo en los ámbitos que afectaban al bienestar de los ciudadanos: sanidad, educación, servicios sociales y otros servicios públicos esenciales. Nunca en los ámbitos más cercanos al poder. Se recortaron los derechos laborales, la renta del trabajo empezó a  bajar, los despidos se abarataron, etc, pero no se escatimó dinero para "rescatar" bancos, autopistas ruinosas, para seguir adquiriendo costosísimo equipamiento militar, manteniendo contratos abusivos con empresas prestatarias de servicios a la administración, en llamativa connivencia con quienes privatizaron esos servicios. Mientras se deshacía el estado del bienestar de los ciudadanos, se construía el bienestar de las empresas del IBEX, de los grandes bancos, de los altos cargos, de los asesores y de los familiares de todos ellos. Todo ello sin que los sindicatos mayoritarios, tocados por casos de corrupción, hicieran  por evitarlo. Se da la circunstancia de que si los sindicatos se veían afectados por casos de corrupción, eran ferozmente criticados por ello, mientras que la patronal ostentaba el campeonato absoluto en corrupción, pero  eso, lejos de escandalizar era considerado natural e incluso fomentado en ese ámbito, tanto que no tenía consecuencia ninguna, más al contrario, parecía favorecerse que los altos dirigentes de las organizaciones empresariales fueran cuanto más corruptos mejor.
El nuevo Gobierno de derechas, que en su campaña electoral repitió hasta la saciedad que no iba a tocar las pensiones, ni la sanidad pública, ni la educación pública, etc, en un tiempo record acabó con la atención sanitaria universal, recortaron plantillas de profesores, sanitarios y otros funcionarios como nunca antes se había hecho en este país. Venía con un programa oculto, el de aniquilar el estado del bienestar, pero se lo callaron muy bien. Mintieron para no despertar recelo entre sus votantes, ya que muchos nunca les hubieran votado si hubieran sabido la que se avecinaba. Pero a la vez deslegitimando las extremas medidas tomadas nada más acceder al poder, pues no recibieron voto alguno que avalara ese tipo de política. Bajaron las pensiones y los sueldos a los funcionarios. Regresamos a niveles de renta per cápita propios de los años '90 del siglo pasado, y la cobertura social regresó casi a tiempos de posguerra, dejando tirados a legiones de personas necesitadas de asistencia social, casi como en las antiguas novelas decimonónicas. Se cepillaron las ayudas a la dependencia. Hicieron bueno el "slogan" de ese partido, que inventó una de sus diputadas, cuando el Gobierno anunció un importante recorte en la asistencia a los desempleados : "Que se jodan" gritó en sede parlamentaria en un alarde de inhumanidad que no tiene precedentes en democracia. Este Gobierno y los que lo sostienen, sea en el parlamento o en las elecciones con sus votos, expresaron muy bien su ideología, basada en que si tienes una incapacidad o enfermedad, te jodes, si te has quedado en el paro, te jodes, si te han embargado tu casa y tienes que irte a vivir debajo de un puente, te jodes, si tus hijos pasan hambre, pues también os jodéis, ellos y tú. De este modo, por parte de un amplio elenco de personalidades relevantes del partido en el Gobierno se sucedieron declaraciones insultantes a parados, funcionarios, médicos, profesores, pensionistas, etc, que, sin ningún pudor y en un afán por desprestigiar sin más, fueron calificados de "vagos", "parásitos", "inútiles", "quejicas", "derrochadores", "malgastadores", "que viven del cuento", etc. Nadie ha pedido perdón aún por estas declaraciones, lo que equivale a asumir que se mantienen en ellas.
Pero el déficit no disminuyó con todas estas medidas, mientras la deuda pública creció considerablemente, prueba de que lo del déficit, la deuda, y la austeridad son milongas, cuentos chinos, que a lo que han venido es a lo otro, a depauperar el país, a convertirnos en el Bangladesh de Europa. No hace falta buscar el enemigo fuera: como ya escribimos en aquél post: el enemigo lo tenemos instalado en la Moncloa: las cifras de parados lejos de disminuir con todas estas estrategias, eufemísticamente denominadas "reformas" por el Gobierno han aumentado en estos tres años de legislatura a niveles nunca antes vistos. Y si no sirven para frenar el déficit, si no sirven para controlar la deuda, si no sirven para disminuir el desempleo en nuestro país...¿para qué sirven todas estas medidas, que están desangrando nuestros servicios públicos, socavando nuestra cohesión social, fulminando nuestros derechos? Pues precisamente para eso, para acabar con todo ello en favor de las élites económicas ligadas al poder. Es la zorra cuidando del gallinero. ¡Pobres gallinas!

El principio de acción y reacción.
En apenas un año de legislatura ya se vieron dos cosas: que el PP en el Gobierno iba a acabar la faena encargada por la troika de erradicar nuestros servicios públicos y derechos, sin detenerse en consideraciones ni pestañear, y que nadie iba a ser capaz de impedírselo. Con una mayoría absoluta parlamentaria sólo necesitaban gobernar por decreto y así abolir uno tras otro todos los derechos y logros adquiridos en años  de esfuerzo y lucha por parte de las generaciones que nos precedieron. El ritmo  con que han desmontado el estado del bienestar ha sido frenético, pero aún así cuatro años no es mucho tiempo y les quedan cosas por hacer.
Pero a un año de finalizar la legislatura, las expectativas de conseguirlo se están difuminando. Múltiples casos de corrupción, generalizada en el partido en el Gobierno (y en otros partidos con responsabilidades administrativas en ayuntamientos y comunidades autónomas) están socavando la imagen y credibilidad de los dirigentes políticos y haciéndoles aún más difícil la tarea. Pero sobre todo, porque ha surgido un escollo que al parecer no esperaban las élites que nos gobiernan. el escollo se llama pueblo y lo conforman los pensionistas, funcionarios, maestros , médicos, empleados por cuenta ajena, pequeños empresarios, enfermos, dependientes, etc, (por acabar antes: todos aquéllos que fueron insultados por el partido en el Gobierno), se empezaron a organizar desde el minuto 1 en que sintieron la amenaza. Las movilizaciones sociales tomaron las calles innumerables veces. Y fueron reprimidas con dureza, a pesar de lo cual siguieron adelante. Los medios de comunicación, en su mayor parte afines al poder, ignoraron o trataron de quitar importancia a estas movilizaciones, en muchos casos masivas, como la del 14 de noviembre de 2012 en Madrid, que puede verse en la fotografía a continuación (ver post: "Grándola, Vila Morena entre zambombazos").


Estas movilizaciones presagiaban que no iba a ser tan fácil para el Gobierno terminar con éxito ese programa oculto que traía bajo el brazo al tomar posesión. Si bien en el Parlamento no había nada que hacer, en la calle la cosa era distinta: se evidenciaba que muchísima gente no estaba dispuesta a renunciar sin luchar. "Juventud sin futuro", "Plataforma de Afectados por la Hipoteca" y otras diversas plataformas y "mareas" se organizaron y empezaron a ser visibles. Ya no era posible ocultar la situación en que se encontraban muchas personas en verdadera emergencia social, desahuciadas de sus casas por no poder pagar las hipotecas sobretasadas por los bancos rescatados con dinero público, o la odisea de cientos de miles de jóvenes abocados a irse de España ante la falta de expectativa no ya laboral, sino vital, o los estudiantes universitarios afectados por una subida de tasas y los recortes en las becas, que ponen en peligro la igualdad de oportunidades en nuestro país.., o los científicos que ven los presupuestos de I+D recortados brutalmente, por mencionar tan solo unos ejemplos.
La visibilidad de la indignación de la gente empezaba a tener un efecto en las encuestas de intención de voto. El 12 de mayo de 2013 en el post "Se atisba el fin de una época" abordé esta cuestión. Ya entonces se veía perfectamente que tanto el PSOE como el PP estaban sufriendo una pérdida de intención de voto de una enorme magnitud, contada en varios millones de votantes, cercana a la mitad de sus anteriores votantes. También se vislumbraba en aquellas encuestas que mucha gente no encontraba  un partido al que dar su voto. Ese era el grupo que más crecía. Todo ello abría una nueva expectativa, que encuesta tras encuesta parecía ir consolidando esa tendencia. En este blog dediqué unos posts a seguir ese tema de las encuestas. Esto es lo que escribí al respecto en este blog el 22 de octubre de 2013:
...se está imponiendo la idea de que tal como pinta la legislatura, con un Gobierno sordo, que no dialoga, que impone por decreto sus leyes con su mayoría absoluta sin discusión posible, no nos queda otra que resignarnos a padecerlo 2 años más, pero que luego, obviamente la cosa cambiará, el PP será castigado electoralmente por lo que ha hecho a millones de españoles (votantes), y serán elegidos otros gobernantes más aptos, o al menos más sensibles, que anularán todo lo que hay hecho el PP en estos 4 años de Gobierno.
Esas palabras no iban muy desencaminadas. En sucesivos posts, ya en este 2014, volví a tratar el tema de las encuestas electorales bajo la perspectiva de la "nueva geometría electoral" que se avecinaba, con partidos hasta entonces hegemónicos cayendo en barrena y un amplio rio revuelto de votos "sin pescador". Con la perspectiva fijada en las elecciones generales que tendrán lugar en 2015 y una convocatoria anterior de elecciones europeas en ciernes, las perspectivas eran de sumo interés. Esto es lo que escribí en el primero de aquellos posts:
Entre los datos ofrecidos por Metroscopia hay un aspecto novedoso, que atañe al grupo de personas que piensan votar a "otro partido" (o sea, a uno distinto de los que figuran en la encuesta), que aumenta a un 6,2%, desde el 3,4% observado en octubre.
Seguramente eso que vi en esas encuestas y reflejé en esos posts fue lo  mismo que vio un grupo de personas nucleadas alrededor de un grupo de profesores universitarios, especialistas en ciencia política. Esa gente empezó a moverse, a hacer suyas las reivindicaciones de las mareas, de las plataformas ciudadanas y a tener visibilidad en los medios. Volveremos sobre este grupo más adelante.
Aún me dio para escribir otro post sobre este tema, advirtiendo de la inutilidad de la abstención ("Nueva geometría electoral para 2015 (II): Votar o no votar") y que fue uno de los más leídos de este blog. Esto es lo que, en resumen, defendí en aquél post el 31 de enero de 2014:
En la situación en la que actualmente se encuentra nuestro país, es absolutamente necesario y urgente un cambio de rumbo que devuelva la política a los ciudadanos, arrebatándosela a un "casta" política que se la ha abucharado impunemente gracias entre otras cosas a un sistema electoral muy sesgado y cerrado, que esos mismos políticos, beneficiarios principales de ese sistema, se niegan a cambiar. Las urnas pueden potencialmente cambiar ese rumbo, pues el sistema no es perfecto y puede fallar en alguno de sus flancos. Y el flanco débil se ha empezado a manifestar ahora en forma de una situación política tan escandalosa, tan abusiva, y tan manifiestamente antidemocrática que ha hecho perder apoyo a los principales partidos que se han repartido hasta ahora el poder político. Y lo ha hecho en una proporción tan grande que no tiene precedentes en España. Ello abre la posibilidad real de cambio. Sin embargo, la abstención es una clara amenaza para ese cambio, pues si bien actúa de un modo "neutro" a los resultados, en realidad lo que hace es permitir que las pérdidas electorales de esos partidos no tengan consecuencias, es decir, que se perpetúen en el poder más años, y con ello persista más tiempo el sistema corrupto que nos gobierna.
No volví a escribir hasta  el 24 de mayo de 2014 ("Nueva geometría electoral para 2015 (III): Opciones emergentes "), donde ya hablaba de las nuevas opciones electorales que estaban surgiendo. El 25 de mayo,  fecha de las elecciones europeas, también escribí para comentar los resultados electorales. En el período entre enero y mayo ocurrieron cosas importantes: ese grupo de profesores universitarios al que me referí antes fue capaz de organizar un nuevo partido de la nada, o más bien, de la indignación de mucha gente. En un tiempo récord consiguieron apoyo suficiente y se pudieron lanzar a la arena política, bajo el nombre "Podemos",  consiguiendo en aquellas elecciones un meritorio resultado con 1.5 millones de votos y 5 escaños, lo que hizo saltar todas las alarmas no solo en los demás partidos, nada acostumbrados a nuevos competidores, sino en las élites financieras y económicas de nuestro país (y probablemente de fuera) que se inquietaron ante un nuevo actor político al que no tenían "controlado". Hoy las expectativas de voto por este partido prácticamente están a la par con las que tienen los dos partidos que se han ido alternando en el Gobierno, lo cual es un cambio en la geometría electoral muy notable en nuestro país, un cambio que se empezó a "atisbar" en mayo de 2013.
Lo que ya se ha dado en llamar en la prensa "Fenómeno Podemos" está a punto de dar al traste con los planes de la troika y sus compinches para "bangladeshizarnos". De momento va a ser más que imposible que en las próximas elecciones generales de 2015 el partido en el Gobierno, el PP,  revalide su mayoría absoluta, y eso es ya un escollo muy importante para seguir machacándonos como lo ha hecho hasta ahora. Por su parte, el partido alternante, el PSOE, no parece que vaya a tener más un papel tan relevante como el que tuvo en el pasado, cuando llegó a gobernar por mayoría absoluta en varias legislaturas. Se ha movido el tablero de juego y ya nada será igual que antes. El 2015 veremos cosas interesantes, y espero que sirvan para revertir la política de destrucción de lo público empleada hasta ahora en nuestra contra. Pero no nos confiemos: tendremos que seguir luchando para mejorar nuestras condiciones de vida y las de nuestras generaciones futuras.

¡¡¡Feliz y Megapráctico 2015!!!

lunes, 27 de octubre de 2014

El TTIP: ¿Un golpe de estado del PP, PSOE, CiU y UPyD?

TTIP: "Transatlantic Trade and Investment Partnership " o "Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión es el mayor ataque a la democracia desde el 23F. Presten atención al vídeo. Merece la pena.

(NOTA: si no pueden ver el video insertado en el post, hagan click aqui para verlo en YouTube)

Paremos el TTIP. Si no lo hacemos lo lamentaremos y lo sufriremos nosotros y las futuras generaciones. ¿Qué les diremos cuando nos pregunten: "Y tu qué hiciste para impedirlo"?

Salud y megapraxis.

domingo, 26 de octubre de 2014

Hecho para tirar

Ya he tratado en este blog el tema de los límites del crecimiento (véase por ejemplo esta entrada, esta y esta otra) : la contradicción existente entre la necesidad de crecer indefinidamente, base del sistema económico vigente, y la inexorable finitud de los recursos disponibles. Es fascinante cómo esta contradicción es ignorada olímpicamente en los medios y debates públicos, como si por ignorarla no fuera más real.  El otro día leyendo el blog amigo "Decrecimiento" (enlace) leí unos párrafos del libro "Hecho para tirar " de Serge Latouche, que expresan mejor de lo que jamás podría yo escribir mis propios pensamientos acerca del tema del crecimiento. Les dejo con el extracto del libro. Espero que les sea de provecho. Salud y megapraxis.


Serge Latouche

Desde hace algún tiempo, mi ordenador, que hasta ahora me daba entera satisfacción, se bloquea sin que consiga volver a ponerlo en marcha. Acudo al vendedor y técnico que ya me lo había reparado con ocasión de anteriores incidencias. Tras el examen, diagnostica la muerte del disco duro y añade que, vista la edad de la «máquina», no es extraño en absoluto, dado que el disco en cuestión fue concebido para tener una duración de vida de tres años.

Lo mismo ocurre con los objetos más inesperados. Así, un día se suelta una patilla de la montura de mis gafas. El óptico de siempre, que tengo la suerte de tener muy cerca de casa, me propone adaptar una patilla equiparable que encuentra en sus reservas, lo que me va muy bien. Pero a la semana siguiente es la segunda patilla la que se suelta. De vuelta al óptico, me hago el sorprendido: «¿Hay algún truco?». Y me reconoce: «¿No lo sabía? Está previsto que este tipo de gafas dure dos años». Todos hemos conocido experiencias parecidas, unos con la lavadora, otros con el aparato de televisión.

Todos hemos tenido que enfrentarnos, aunque fuera sin saberlo, al fenómeno de la obsolescencia programada. El punto de partida de la obsolescencia programada es la adicción al crecimiento de nuestro sistema productivo.

Nuestra sociedad ha unido su destino a una organización fundada sobre la acumulación ilimitada. Lo queramos o no, estamos condenados a producir y a consumir siempre más. En cuanto el crecimiento se ralentiza o se detiene, llega la crisis, el pánico, incluso. Esta necesidad hace del crecimiento un «corsé de hierro», según la célebre expresión de Max
Weber. El empleo, el pago de las pensiones, la renovación del gasto público (educación, seguridad, justicia, cultura, transportes, salud, etc.) suponen el constante aumento del producto interior bruto (PIB), considerado, sin razón, por la mayoría de los comentaristas como el barómetro de nuestro bienestar, cuando no de nuestra felicidad. Producir más implica necesariamente consumir más. Vivimos, por lo tanto, en sociedades de crecimiento.

La sociedad de consumo es el resultado de estas. La sociedad de crecimiento puede definirse como una sociedad dominada por una economía de crecimiento, y tiende a dejarse absorber por esta. El crecimiento por el crecimiento se convierte, así, en el objetivo primordial, incluso único, de la economía y de la vida. No se trata de crecer para satisfacer unas necesidades reconocidas —lo que estaría bien— sino de crecer por crecer. Hacer crecer indefinidamente la producción y, por lo tanto, el consumo, y suscitar con ello nuevas necesidades hasta el infinito, pero también, al final —lo que nos guardaremos de decir en una hora de gran audiencia—, hacer crecer la contaminación, los residuos y la destrucción del ecosistema planetario: esta es la ley de hierro del sistema. «¿Ese sistema de automantenimiento contribuirá de una manera
u otra a la prosperidad? —se pregunta Tim Jackson—.

¿Acaso no existe un punto para el “¡Basta quiere decir basta!”, un momento en que deberíamos dejar de producir y de consumir tanto? Sin duda alguna, la dependencia estructural del sistema de crecimiento continuo es uno de los factores que impiden que un guion así pueda desarrollarse. La obligación de vender más bienes, de innovar permanentemente, de fomentar un nivel siempre más alto de demanda de consumo es alimentada por la búsqueda del crecimiento. Pero ese imperativo es a partir de ahora tan poderoso que parece minar los intereses de aquellos a los que se supone debe servir.»

Desde sus inicios, la sociedad de crecimiento se ha enfrentado al problema de los mercados. Solo puede generar beneficios comprimiendo a la clase trabajadora buscando compradores para los excedentes de producción. De forma periódica (cada diez años aproximadamente), la industria sufre una grave crisis de superproducción. Sismonde de Sismondi fue uno de los primeros en denunciar y analizar este fenómeno. Se convirtió al socialismo; según él este constituía la única solución capaz, a largo plazo, de eliminar el fenómeno del subconsumo obrero crónico y de la saturación periódica de los mercados. La economía capitalista lo consigue mejor o peor escogiendo otra vía, de la que muestra los límites: la expansión del sistema y la apertura de los mercados exteriores para la exportación del excedente. En una economía productivista de bajos salarios, el aumento de la producción no viene tan exigido por la demanda interior como por la de los países extranjeros, cuyos mercados se han de conquistar, aunque sea a cañonazos.

Encontramos aquí una tendencia recurrente en la historia del capitalismo moderno, que resurge hoy en día con las políticas de rigor y de austeridad. En esta gran competición, algunas economías, como Alemania, consiguen salir adelante, pero para el conjunto del mundo esta vía lleva a un callejón sin salida, ya que las exportaciones de unos son necesariamente las importaciones de otros. Es un juego que carece de interés. Decir que todos deben exportar para que la economía funcione es aún más absurdo que decir que todos deben endeudarse… A medida que la producción aumenta y que el capitalismo se generaliza en el planeta, el consumo se convierte entonces en un imperativo ineludible.

La producción en serie, de manera especial, necesita del consumo de masas para circular. Sin embargo, si bien el aumento de la productividad condena a consumir siempre más, también amenaza más el empleo. Como la reducción del horario laboral —que sería la solución sensata para paliar la desmesurada eficacia de las máquinas— no constituye un negocio para los capitalistas, esta no puede tener lugar, salvo que sea impuesta por los sindicatos y el Estado. Siempre susceptible de ser cuestionada, se ha vuelto prácticamente imposible con la mundialización y el libre intercambio. Las masivas deslocalizaciones hacia los países de salarios muy bajos, la generalización de la precariedad y del desempleo han aumentado tanto la competencia entre los trabajadores de los países occidentales que se convierten espontáneamente en adeptos del «trabajar más».

Peor aún, aceptan a la vez ganar menos. En esas condiciones, el único antídoto para el desempleo permanente es todavía más crecimiento, para que la producción circule, y más endeudamiento. Al final, el círculo virtuoso se vuelve un ciclo infernal… Para el trabajador, la vida «se reduce muy a menudo a la de un biodigestor que metaboliza su salario con las mercancías y las mercancías con el salario, transitando de la fábrica al hipermercado y del hipermercado a la fábrica», bajo la permanente amenaza del desempleo.

Por parte de los capitalistas, las cosas están más contrastadas. Unos, generalmente los más grandes, se reconvierten en financieros y se esfuerzan en enriquecerse especulando en los mercados; los otros, cada vez más estresados, ven cómo sus beneficios se funden con el descenso del precio de los productos, generado por su abundancia y por la exacerbada competencia para venderlos.

A principios del año 2012 también hemos asistido, en particular en el norte de Italia, a una verdadera epidemia de suicidios de directivos de pequeñas y medianas empresas, que no logran salir adelante. La naturaleza, por su parte, hacia la cual todos se esfuerzan en externalizar los costes y el sufrimiento del crecimiento, es explotada, saqueada y destruida sin piedad. Jamás los individuos habían alcanzado tal grado de desamparo. La industria de los «bienes de consolación» intenta en vano ponerle remedio. De esta manera, todos nos hemos vuelto «toxicodependientes» del crecimiento. Por otra parte, no se trata solamente de una metáfora. La toxicodependencia es polimorfa. A la bulimia consumidora de los adictos a los supermercados y a los grandes almacenes le corresponde el workalcoholism, la adicción al trabajo de los asalariados, alimentada, llegado el caso, por el consumo excesivo de antidepresivos e incluso, según unas investigaciones británicas, por el consumo de cocaína de los altos ejecutivos que quieren estar a la altura.

El hiperconsumo del individuo contemporáneo «turboconsumidor» desemboca en una felicidad herida o paradójica.7 El análisis gerencial de la adicción no es menos terrorífico. Según Andrew Grove, presidente de Intel Corporation, «el miedo a la competencia, el miedo a la quiebra, el miedo a equivocarse o el miedo a perder pueden ser poderosas motivaciones. ¿Cómo cultivar el miedo a perder entre nuestros empleados? Solo podemos hacerlo si lo experimentamos en nuestra propia piel». Sin entrar en el detalle de esas «enfermedades generadas por el hombre», solo podemos suscribir el diagnóstico del profesor Belpomme: «El crecimiento se ha convertido en el cáncer de la humanidad».

En los años cincuenta le preguntaron al presidente Eisenhower, con ocasión de una conferencia de prensa, qué debían hacer los ciudadanos para combatir la recesión. Él contestó:

¡Comprar!

¿Pero qué?

¡Cualquier cosa!

 Extraído del libro 'Hecho para tirar' de Serge Latouche

domingo, 29 de junio de 2014

El sueño del afilador


De la serie Cuentos del 15M y después de un año desde el último cuento publicado en este blog ("La hoguera"), hoy ofrezco un nuevo cuento, titulado: "El sueño del afilador" ¡Que lo disfruten!
(Ah, y dejen sus comentarios, se agradecen).

El sueño del afilador



Acabo de despertarme con una desazonadora inquietud. He soñado que llovía, oía el silbido de la flauta de un afilador y de una manera incomprensible sentía el impulso de reunir los cuchillos de la casa y salir a afilarlos. Perseguía el sonido metálico del chiflo, su melodía hipnótica, que parecía jugar con el viento y esconderse tras cada esquina, hasta que llegaba a un plaza donde se hallaban muchos vecinos, cada uno con sus cuchillos, haciendo cola ante la bicicleta del afilador, mientras éste, dale que dale al pedal, hacía saltar las chispas de la piedra giratoria frotándola contra la hoja de un gran cuchillo de carnicero.
De alguna manera, la lluvia no me mojaba, ni parecía afectar la gravedad con que el afilador se enfrentaba a su trabajo. Concentrado, afilaba un cuchillo tras otro levantando la vista de la piedra giratoria tan sólo para entregar el cuchillo recién afilado a su dueño y recibir el siguiente, sin mediar palabra, en silencio. Llegado mi turno, alargué mi brazo para entregar al afilador mis cuchillos. En el mismo momento en que éste los cogía, clavó sus ojos en los míos, breve pero intensamente y con serenidad. Sentí un escalofrío.
Marché de allí. Sin rumbo, callejeando, me crucé con otros vecinos que también venían de afilar sus cuchillos, en silencio. Caminaba deprisa, al igual que el resto de la gente, por una ciudad irreal, sin tráfico, sin ruido, el silencio roto tan solo por el rumor sordo de pasos aquí y allá, y por el lejano y triste deje de la flauta del afilador, que parecía rasgar el aire quieto, animar la lluvia y detener el tiempo.
Sentía el calor de los cuchillos recién afilados en mis manos. La lluvia fina golpeaba en mi cara y resbalaba hacia mi barbilla, de donde caía el agua formando un hilillo. A medida que arreciaba la lluvia, yo aceleraba el paso, y me dí cuenta que las demás personas que deambulaban por las calles se apresuraban de igual manera. De repente, me vi trotando en grupo por el medio de la calle junto al resto de personas que venían de afilar sus cuchillos, portándolos en las manos, o en los bolsillos, o sujetos a la cintura. Grupos de personas procedentes de diferentes calles iban uniéndose a un grupo mayor que recorría la principal avenida de la ciudad, la cual desembocaba en una gran plaza delante del Palacio de Gobierno. Al poco tiempo una inmensa muchedumbre se concentraba en aquel espacio, en silencio, apretando los mangos de los cuchillos aún calientes con los puños, con la mirada fija en aquel inmenso edificio, aquella mole granítica que representaba el poder, y por lo mismo, la opresión.
Con determinación, la muchedumbre comenzó a moverse hacia la entrada principal del edificio, una gran puerta de hierro forjado que conducía a un inmenso patio. Yo caminaba en medio de la multitud silenciosa. Nadie se interpuso a nuestro paso. El patio estaba vacío. La gente comenzó a adentrarse en las dependencias del edificio. Todo estaba abierto. Yo me adentré con un grupo por las escaleras principales. A medida que recorríamos las salas, los despachos, las estancias, nos percatábamos de que el edificio estaba vacío: no sólo no había personas, tampoco había muebles, ni archivos, ni rastro de actividad alguna. El espacio antes ocupado por aquellos en quienes recaía el dudoso privilegio de ejercer el poder, siempre a favor de unos pocos privilegiados y en contra de la mayoría, ahora estaba vacío. Entonces todos guardamos nuestros cuchillos, ya fríos, y marchamos. Todo había terminado, y todo estaba por empezar.

Al despertar he recordado el sueño con mucha claridad. La sensación de desasosiego ha permanecido un buen rato. Volviendo a la rutina diaria he salido a la calle, llovía un poco. Al doblar la esquina me he topado con un afilador que acarreaba el extraño aparejo de su oficio montado en una bicicleta. Al mirarle a los ojos me ha devuelto la mirada y me ha sonreído. Un escalofrío ha recorrido mi espalda.

Megapraxis


Más cuentos del 15M en este blog:



sábado, 31 de mayo de 2014

Somero análisis retrospectivo de los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo de 2014

Ahora que han pasado unos días de las elecciones al Parlamento Europeo y de la vorágine que acompaña este tipo de procesos, voy a aprovechar, con la debida tranquilidad, para analizar dos aspectos: 1) la fiabilidad de las encuestas electorales y 2) los cambios que indican los datos en sí.

1. Fiabilidad de las encuestas electorales
Si siguen este blog, habrán visto que se emplean a menudo las encuestas electorales. Sin embargo, es frecuente que tras unas elecciones todo el mundo se pregunte por la fiabilidad de las predicciones hechas tan solo unos dias/semanas antes por las empresas demoscópicas e incluso la agencia oficial, el CIS, que tienen amplio eco en los medios, pero que a menudo salen mal paradas por diferir con los resultados reales.
Acabamos de salir de un proceso electoral y tenemos a mano los datos para poder hacer un análisis retrospectivo de lo que dijeron las encuestas y los datos reales salidos de las urnas.
En la siguiente tabla se resumen estos datos (en porcentajes respecto al total del censo electoral, 35,4 millones de personas), incluyendo los resultados de las anteriores elecciones al Parlamento Europeo (2009), la encuesta publicada el 18 de mayo por Metroscopia (una de las fuentes más seguidas y utilizadas, incluyendo este blog), la media de hasta 10 encuestas de este tipo (además de la citada , y finalmente, en la última columna, los resultados reales de las elecciones al Parlamento Europeo de 2014.

Opción
Elecc P. EU 2009
Metroscopia 2014
Media encuestas 2014 #
Elecc. P. EU 2014
PP
18,8
14,7
14,9
11,5
PSOE
17,3
14
13,1
10,2
IU
1,7
5
4,7
4,4
UPyD
1,2
2
2,8
3
OTROS
4,9
9,3
9,5
14,2
AB-VB/N*
56
55
55
55**
Participación
44
45
45
46**
NOTA: Los datos se expresan en en porcentajes respecto al total del censo electoral, no del nº de votantes.
#La media engloba encuestas recientes sobre este asunto de: Metroscopia NC Report; SignmaDos; GAD3; FeedBack; Celeste-Tel; DYM; Invy Mark; Demoscopia y CIS.
*AB-VB/N: Absetención+Voto en Blanco+Voto Nulo.
**La participación fue de un 46%, lo que da un 54% de abstención, que sumada a casi un 1% de voto en blanco/nulo, da un 55% en la casilla AB-VB/N.

¿Dónde se han desviado las encuestas? Evidentemente han sobreestimado la intención de voto a los dos grandes partidos, PP y PSOE y la han subestimado en la misma medida  hacia los "otros partidos". Nótese que la auténtica sorpresa electoral ha sido el resultado obtenido por la formación Podemos, que aquí se engloba en "Otros", pero que ella solita suma un 3,5% de ese 14,2% de votos a "Otros partidos" (uno de cada 4 votos a partidos no PP/no PSOE/no IU/no UPyD han ido a esta formación). Si la suma de lo "esperado" en las encuestas para el PP y el PSOE era de aproximadamente un 28%, y la suma de lo que han obtenido es un 21,7%, la diferencia (6,3%) se aproxima bastante al 5% de más obtenido por "otros partidos" con respecto a lo que pronosticaban las encuestas, y de ese 5%, la mayor parte (3,5%) ha ido a Podemos.

¿Dónde han acertado? Pues han "clavado" prácticamente los resultados de los dos partidos "medianos", IU y UPyD. 

Como conclusión, se puede decir que las encuestas no han visto venir la nueva irrupción de Podemos en el panorama electoral, o la han subestimado mucho. De igual forma han atribuido resultados muy optimistas a los dos grandes partidos, PP y PSOE, sin anticipar la notable caída de ambos.

Es posible argumentar en defensa de las encuestas, que el grado de incertidumbre en este caso fue alto, que los electores han decidido muy tarde su voto, que cuando hicieron las encuestas habia muchos indecisos...Todo eso puede que sea cierto, pero la realidad es que la utilidad de las encuestas para predecir los resultados electorales es muy limitada, aunque su poder mediático para influir en el voto es muy elevado. Téngase en cuenta en próximas citas electorales.

2. Cambios en el panorama electoral tras el 25 de mayo
El siguiente gráfico muestra los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo de 2014 en su versión más "cruda", es decir, en millones de votos por cada opción, comparándolos con las anteriores elecciones de 2009:

Lo que no ha cambiado es la abstención, muy alta en ambas elecciones. Lo más notable es el ascenso de "Otros partidos", que ha pasado de 1,76 a 6,32 millones de votos (¡¡¡un aumento del 360%!!!), que ocurre en paralelo (¿o a expensas?) del descenso de PP, que pierde 2,6 millones de votos, y PSOE, que pierde 2,5 millones, es decir, pierden, respectivamente, un 39% y un 41% de los votos obtenidos en 2009. IU y UPyD han aumentado notablemente sus resultados de 2009, casi el triple IU y poco más del doble UPyD, pero como las posiciones de partida eran reducidas, representan porcentajes aún bajos: IU pasa de algo más de medio millón a millón y medio de votos y UPyD pasa de menos de medio millón a un millón aproximadamente.
El aumento tan notable del voto a "otros partidos" se ha traducido mal a número de escaños, por la gran división que existe en esta opción, donde uno puede encontrar de todo (nada menos que 35 opciones electorales) pero en conjunto si se vislumbra un cambio, una tendencia, a reducir el voto hacia las opciones "clásicas" y aumentarlo hacia nuevas formaciones, de las cuales emerge con una fuerza singular Podemos, una fuerza crítica con el modelo neoliberal imperante, que no existía hace tan solo unos meses, y ha obtenido 5 escaños, situándose como cuarta fuerza política en estos momentos. Emergen igualmente otras fuerzas a la izquierda que no "tragan" con las ruedas de molino de la troika (EPDD, Primavera Europea, posiblemente otros más). Urge un entendimiento entre todos ellos de cara a formar un frrente común anti-troika para las próximas citas electorales, las elecciones autonómicas y municipales, y las generales, en 2015.

Como resumen, puede decirse claramente, que lo nuevo tras estas elecciones es el voto anti-troika, que ya ha empezado a movilizarse, y seguirá haciéndolo en las siguientes citas electorales, al tiempo que los partidos clásicos, que han mostrado su servilismo a la troika, irán descendiendo.


sábado, 24 de mayo de 2014

Nueva geometría electoral para 2015 (III): Opciones emergentes

Se ha hecho esperar, pero todo llega. He tenido incluso que dejar pasar la jornada electoral europea y la previa de reflexión (lo cual me ha hecho cambiar este post varias veces antes de publicarlo), pero aquí está la tercera entrega de la serie "Nueva geometría electoral para 2015" donde continuamos reflexionando sobre qué posibilidades hay de cambiar la actual situación política, insostenible por inhumana, injusta y antisocial. Y cambiarla mediante las urnas, es decir, utilizando la que en la práctica es la única vía de cambio que nos ofrece el sistema democrático vigente (o al menos es la "reglamentaria"). En esta tercera entrega vamos a analizar la evolución (escasa, ya lo veremos) de la intención de voto de los españoles en los últimos meses (especial atención merecen los resultados de las elecciones europeas, consideradas como "primarias" en un panorama más amplio que conduce a las generales de 2015), para continuar con las opciones emergentes en el panorama electoral español actual, y acabaremos examinando qué posibilidades de cambio real tenemos, porque todo esto solo sirve solo si acaba cambiando la política para ponerla al servicio de los intereses de los ciudadanos, y que no siga en manos de los poderes económicos y financieros que la manejan a su antojo llevándose por delante todo lo que pueden, entre otras cosas nuestros derechos, nuestro bienestar y nuestra dignidad.

Resumen de lo anterior

Antes de entrar en faena, resumiré lo que he ido desgranando en los anteriores posts sobre este tema.
Quien los haya leído ya, o quiera ir directamente al meollo, que baje al siguiente epígrafe: "Opciones emergentes". Quien desee repasarlo, prosiga aquí:
  • En mayo de 2013 con "Se atisba el fin de una época" conté cómo se empezaba a notar en las encuestas electorales que el bipartidismo PP + PSOE perdía más de la mitad de la intención de voto en probable castigo por haber actuado de espaldas a sus electores y renegando de sus programas electorales. Ahí se empezó a "atisbar" un cambio que podía conducir a una nueva época en la política en España, un cambio real y profundo. Pero ¿esto iba a ser así de fácil?
  • En octubre de 2013 con "¿Está el enemigo? Si, en la Moncloa", transcribí el clima que empezaba a sentirse por un cambio. La ciudadanía empezaba a pensar que no hay mal que cien años dure, y que en dos años habría elecciones y cambiarían las cosas y se recuperaría lo perdido, una vez depuesto el gobierno anticiudadano del PP cuya nefasta mayoría absoluta estaba llevando al país a su ruina, castigando duramente a los motores de su desarrollo, la I+D, la sanidad y la educación (1), hundiendo el futuro de nuestro país. La cuestión emergente en aquel post era: ¿qué podemos esperar de las elecciones generales en 2015? 
  • De ahi surgió la serie de posts de los que este es el 3º, y que se inició el pasado 19 de enero con "Nueva geometría electoral para 2015 (I): Primeras encuestas en 2014". En él se comentaba el ambientillo pre-electoral que ya se iba notando a medida que se aproximaban las elecciones europeas (mayo 2014) y que culminará en las generales de noviembre de 2015. Expliqué el valor de la encuesta de intención de voto, que publica Metroscopia, en los siguientes términos: 
"...informa sobre un dato ... que es el de "intención directa de voto", que es el único dato de las encuestas que no lleva "cocina", es decir, que no está manipulado" 
  • El resumen de aquel primer post de la serie decía así:

  • Los dos partidos que han ido alternándose en el poder en las últimas décadas, PP y PSOE, pierden la mitad de los votos que tuvieron en las últimas elecciones, pasando de representar (entre los dos) de un 50% a un 25% del electorado. Esto es un duro varapalo al "bipartidismo" hegemónico (...) y abre la puerta a una nueva "geometría electoral" aún incierta.
  • No asoma una alternativa clara al bipartidismo: ni IU, que se estanca en un 10%, ni UPyD, que incluso baja a un 4%, representan ninguna alternativa.
  • La mayoría de los electores no se define por una u otra opción, lo que augura un notable abstencionismo en las próximas elecciones, probablemente de récord histórico.
  • Aumenta significativamente el grupo de personas que votarían a "otros partidos". 

  • El segundo post de la serie ("Nueva geometría electoral para 2015 (II): Votar o no votar") se centró en el delicado asunto de la abstención electoral y sus variantes (voto en blanco/nulo). Es siempre una tentación para el ciudadano utilizar esa especie de protesta inofensiva que es la abstención. Pero en aquel post se razonó lo contraproducente que es la abstención y sus variantes para el asunto que nos ocupa, que es el cambio político, ya que, por un lado, no tiene consecuencia alguna desde el punto de la validez de los resultados electorales, y por otro, va detrayendo elementos críticos, lo que beneficia a los responsables de nuestra ruina y su perpetuación en el poder. 
  • Si abstenerse, votar en blanco o nulo es perfectamente inútil para el propósito de cambiar el poder de unas manos que lo utilizan en su propio beneficio y en el de unos pocos, para devolverlo a los ciudadanos, entonces ¿qué alternativa nos queda? En el supuesto de que votar sea la única alternativa que sirva para cambiar realmente algo, lo cual es mucho decir (es una de varias estrategias a seguir), cabe preguntarse: ¿A quien votar?


Opciones emergentes

Advertencias previas
Antes de empezar con el meollo de la cuestión, quiero aclarar tres cuestiones:
  • Lo he dicho en los posts anteriores de esta serie y lo repito ahora: aquí no se trata de decir a la gente lo que tiene que votar ¡Sólo faltaría! Se trata de reflexionar, de ver cuáles son las opciones y razonar con lógica y apartando las creencias irracionales que todos acarreamos más o menos (in)conscientemente, lo cual, por cierto, pocos hacen a la hora de votar (y me atrevería a decir que ¡así nos va!).
  • En estos últimos posts la línea argumental se basa en que aún dentro de esta democracia deficitaria se pueden cambiar las cosas. Si no ¿para que estaríamos hablando de votar? Es más, creo que podemos alcanzar un sistema político mejor no sólo luchando de forma pacífica en la calle, contestando a las políticas antisociales y las actitudes antidemocráticas en sentido literal ("contra el pueblo") que exhibe el Gobierno actual, como exhibieron los Gobiernos anteriores en una deriva reaccionaria sin precedentes, sino también votando. No es que sea fácil, pero ellos tampoco están muy boyantes, y puede que haya llegado el momento de cambiar, sacudir la caspa y mandar al asilo a este viejo régimen de 1978 que ya no tiene nada que ofrecer. Al fin y al cabo, fueron unas elecciones (¡municipales!) las que dieron al traste con la monarquía caduca de Alfonso XIII y dieron paso a la 2º Republica Española...
  • En este blog se utilizan los términos "derecha" e "izquierda" según su acepción clásica que define el espectro político como un abanico de ideologías que se despliegan entre dos polos opuestos, uno, conservador, defensor del orden establecido, basado en la superioridad de unos sobre otros, ya sea en base a clase, género, raza y/o nación, partidario a veces (cuando conviene) del liberalismo económico (no necesariamente del político) con su dosis de urticaria ante todo lo que suene a "público", alérgico a los impuestos, defensor de la tradición y de una de las religiones sobre las demás, del militarismo, el imperialismo y la imposición de estos valores a los demás, y otro polo, contrapuesto, progresista, defensor de la igualdad de todos los seres humanos en todos los ámbitos, de la protección de los débiles, del laicismo, del ambientalismo, del internacionalismo, de la regulación económica (contrapuesta al "laissez faire" liberal) y partidario de lo común, lo público frente a lo privado. Al primero lo llamamos "derecha" desde que a sus partidarios les dio por sentarse a ese lado del Presidente de la Asamblea Constituyente tras la Revolución Francesa, mientras que al segundo lo llamamos "izquierda" por lo mismo, pero al revés. No obstante, como podrán comprender, estas dos visiones irreconciliables de la política son eternas, hunden sus raíces en la noche de los tiempos y perdurarán mientras la sociedad esté constituida piramidalmente, con unos pocos privilegiados en la cúspide y el resto debajo. Por todo ello, no esperen aquí comprensión hacia razonamientos del tipo "no ser de derechas ni de izquierdas", que se han popularizado últimamente, ya que, como puede inferirse de lo anterior, carecen de sentido en política.

El estancamiento de la intención de voto a los principales partidos
En el siguiente gráfico se puede ver la evolución de la intención de voto de los españoles en las encuestas realizadas por Metroscopia desde las últimas elecciones generales.

El gráfico representa los resultados de las encuestas de intención de voto ( porcentaje de los encuestados que manifiesta que votaría a determinado partido en elecciones generales, respecto al total de encuestados) realizadas por Metroscopia desde mayo de 2013. En el eje vertical está representado el porcentaje de intención de voto para cada uno de los cuatro principales partidos de ámbito nacional (PP; PSOE, IU, UPyD) que se distinguen en el gráfico mediante líneas de diferentes colores, como indica la leyenda encima del gráfico. En el eje horizontal se representan las diferentes fechas de publicación de las encuestas (mes.año). NOTA: El dato de la izquierda (11.12, es decir, noviembre de 2012) no proviene de una encuesta sino de los resultados reales en las últimas elecciones generales (Fuente: elaboración propia a partir de los datos ofrecidos por Metroscopia).
Nótese que en el gráfico no se han recogido (deliberadamente) los datos de las encuestas relacionadas con las elecciones europeas, porque no hay que mezclar. Estamos hablando de elecciones generales. En ese gráfico se puede ver que tras las elecciones de 2012 la intención de voto hacia los dos principales partidos, el PP y el PSOE, cayó notablemente, mientras que subió significativamente hacia los otros dos partidos que les van a la zaga a nivel nacional, Izquierda Unida (IU) y UPyD. No obstante, esta tendencia pronto se estabilizó, y no ha sufrido cambios significativos desde entonces. El PP se mueve entre el 10,0% y el 14,1%, el PSOE entre el 9,6% y 13,7%, IU entre el 9,5% y el 11,9%, y UPyD entre el 4,1% y el 8% (2).
Este estancamiento es en sí un dato muy importante y en cierto modo inesperado, no solo por los más perjudicados (PP/PSOE) que esperaban remontar en algún momento, pero también por los "beneficiarios" del trasvase de votos: IU y UPyD, que esperaban seguir creciendo a expensas del desplome de los dos anteriores (3). Lo realmente interresante es lo que se refiere a los "otros partidos" que han ido surgiendo como reacción a la inmovilidad y ausencia de reactividad de los partidos más tradicionales.

La "tregua pre-electoral"
Lo primero que hay que destacar de la situación actual es que, como ya se ha visto en la campaña electoral por las elecciones al Parlamento Europeo (25 de mayo), cada partido afila sus armas y se pertrecha para la batalla lo mejor que puede. Y el del Gobierno (PP) lo hace con ventaja, pues tiene en sus manos la política (mayoría absoluta parlamentaria) y los medios que comen de su mano, que son casi todos los que en España alcanzan la categoría de medios de masas. Y ya han empezado con la "propaganda", consistente en negar la evidencia y soltar, como hizo por ejemplo la ministra Báñez (responsable de Empleo, o sea, de tener 5,8 millones de parados, récord europeo con 26,3% sobre población activa) hace unos días, que "la recuperación económica va sobre ruedas" (sicver enlace). Demás miembros de dicho partido se afanan en convencer al personal de que ya se ha acabado lo malo y gracias a ellos ahora vendrá lo bueno. Desgraciadamente se apoyan en datos falsos, artificios estadísticos (ver enlace) que estallarán como pompas de jabón en cuanto pasen las elecciones. Pero eso ¿qué más da? Lo que les importa es volver a engañarnos y sacar sus escañitos para seguir en el poder. Evidentemente, para conseguirlo aflojarán algunas medidas, levantarán el pie de nuestro cuello, y mostrarán "piel de cordero" escondiendo su auténtica piel de lobo, impúdicamente exhibida durante los dos años y pico que llevan de legislatura, que si se ha caracterizado por algo es por una falta de humanidad nunca antes vista en un Gobierno en España durante la Democracia. Sus socios de la troika y el poder financiero les ayudarán en el empeño, aflojando un poco la cuerda anudada a nuestro cuello, la misma que aprietan sin compasión cuando no hay elecciones en el horizonte. Por ejemplo, las agencias de "rating" (las famosas Standard & Poor´s, Fitch, y Moodys) acaban de subir la calificación de la deuda pública española ¿no es un bonito gesto, un flotador, un salvavidas, hacia el partido gobernante en dificultades electorales, precisamente por aplicar a los españoles las reglas de hierro impuestas por el poder financiero internacional, esas que tantos beneficios reportan a éste? A eso lo llamo yo "conflicto de intereses", pero a estas alturas ¿hay algún iluso que crea en la ética de esas agencias?

Las opciones "clásicas"
Pero íbamos a hablar de "opciones emergentes", y el PP es todo menos eso. Si de lo que se trata es de ver cuáles son las posibilidades de cambiar la política actual, el principal enemigo a batir en las elecciones es el PP. Como han podido comprobar, actualmente rondan un triste 13%, pero con mucho poder y mucha capacidad para mentir, engañar y encizañar la política. Son los que crean problemas donde no los hay para ocultar los problemas reales, que no hacen sino empeorar con sus acciones. Son los que reniegan de la política, pero se aprovechan de ella a saco. Son los que apelan al odio para lograr que votemos "en contra del otro", o para que, asqueados, abandonemos el ring, y nos quedemos en casa sin emitir nuestro voto crítico. Saben que así ganan ellos y los privilegiados a quienes representan y defienden, y pierde la gente común. Esta estrategia está empezando a fallar, como ya se ha visto en los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo el 25 de mayo.

Si el PP no es una "opción emergente", tampoco merece esa calificación el PSOE, el partido que se ha alternado con el PP en el Gobierno del país en las últimas 3 décadas. Como han podido comprobar en el gráfico, sus partidarios rondan también un triste 13%, empatados técnicamente con el PP. Pero ojo, si la abstención es del 50% (algo probable), el 13% de los electores se convierte en un 26% de los votos emitidos, y eso son muchos escaños en un país donde la Ley D'Hont dispara a los dos primeros a distancias desproporcionadas del resto (¿ven? aquí tienen una buena razón para animarse a votar).
No caeré en el argumento simplista de que PP y PSOE son la misma cosa, porque está claro que no lo son: sus fundamentos son ciertamente distintos y sus bases electorales también, pero a la hora de la verdad -cuando han gobernado- las diferencias se reducen a gestos de cara a la galería, limitados a ámbitos de gran visibilidad, diríase “estéticos” pero insignificantes en términos de política económica (cualquiera que lea la prensa puede identificar los temas “preferidos” que confrontan a ambos partidos, y ponderar su importancia relativa comparada, por ejemplo, con la reforma de la Constitución, que se comentará más adelante, y en la que sí estuvieron de acuerdo). Es en el ámbito económico donde podemos hablar de un PPSOE aplicando las mismas recetas económicas, e incluso cooperando si es necesario para aplicarlas. Está claro que sin el concurso del PSOE no estaríamos en la presente situación. Basta recordar el vergonzoso final de la legislatura anterior con un Presidente del Gobierno en manos del poder real, el económico (el propio Zapatero reconoció que el Presidente de un país no tiene poder, ni margen de maniobra, ante los chantajes del poder económico, de la troika y del poder financiero, lo que equivale a reconocer que la soberania nacional ha sido hurtada por el poder económico internacional). Aún resuena la traición a su electorado, ofreciendo en sacrificio el bienestar de sus ciudadanos al poner el pago de la deuda (creada por los bancos y transferida a los ciudadanos por imposición, mediante un perverso mecanismo que deja al ciudadano sin defensa posible: ver enlace) por encima de los derechos de los españoles (a la sanidad, a la educación, etc), reconocidos en la Constitución, en una enmienda a la misma de dudosa legalidad, aprobada en agosto, con nocturnidad y alevosía, en tiempo récord, en el Congreso, con los votos de todos los diputados del PSOE y del PP al unísono. En ocasiones como esta, PSOE y PP sí que fueron "lo mismo". El "paquete" de traiciones a sus principios lo completó el PSOE con diversos indultos a banqueros condenados por la justicia, tibieza -cuando no verdadera cobardía- con los privilegios injustificables y de dudosa constitucionalidad de la Iglesia Católica, y sumisión al empresariado español, impulsando medidas laborales y fiscales muy regresivas. El PSOE ha sido y es una máquina de transformar votos de izquierdas en políticas de derechas ¡Y aún se preguntan qué han hecho para que el electorado les dé la espalda! ¡Aún creen que fue el 15-M el que les hizo perder las últimas elecciones!

Un problema grave en la política de este país es que a la hora de pedir votos, los principales partidos no ninguno exhiben su verdadera cara (los muy de derechas dicen que son “de centro”, los liberales, “socialdemócratas”, y los socialdemócratas, “comunistas”). No obstante, "por sus hechos los conoceréis" que dice la Biblia: tras 3 décadas de alternancia en el poder, PP y PSOE se han "retratado" perfectamente como el enemigo ese del que hablábamos en otra entrada de este blog citada antes. Ambos son el problema, no la solución. Representan el régimen de 1978, la defectuosa versión light de democracia que nos ha llevado hasta la situación presente. Con razón se ha acuñado para este régimen el término "bipartidismo", que lo retrata perfectamente: dos partidos alternándose en el poder para usufructuarlo en beneficio propio en detrimento de los intereses de aquéllos a quienes dicen representar, es decir, los españoles, el "pueblo-antes-llamado-soberano", y apuntalando entre los dos este régimen con el único fin de conseguir perpetuarlo en beneficio de ambos. Este es el enemigo: el régimen desvirtuado que nació en 1978 y que ya se ha visto que no tiene nada que ofrecer al pueblo español, que por perder ha perdido ya hasta la soberanía, en manos del poder financiero internacional, no hablemos del "estado del bienestar", aún  precario, que habíamos alcanzado con mucho esfuerzo y lucha, para tener una sanidad y educación universales y unos servicios públicos dignos: todo ha sido arrasado en pocos meses. Por ello, si nuestra meta es terminar con este régimen, que de suyo ya boquea infestado de corrupción. no queda otra que buscar algo fuera del bipartidismo hegemónico PP-PSOE que lo ha usufructuado hasta hoy. El bipartidismo ha empezado a declinar en las elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo, y puede que este sea el inicio de su caída definitiva, y con ella del inicio del esperado cambio de régimen.

Un inciso: Ya ven que hablo en términos estatales, dejando de lado los gobiernos de las Comunidades Autónomas. En esencia se puede decir que en la mayor parte de estas Comunidades, así como de Ayuntamientos la situación es muy similar a lo ya descrito. Solo en algunas Comunidades de fuerte implantación nacionalista se puede decir que ha habido algún cambio relevante, como la emergencia de algunos partidos que aparentemente al menos sugieren cierta renovación, en un proceso que se ha observado en estas Comunidades antes que ocurriera a nivel nacional. El crecimiento de estos nuevos partidos ha ocurrido en en detrimento de los más tradicionales, nacionalistas o no, que han usufructuado la cosa pública en provecho propio. Dentro de estos últimos, los nacionalistas "sistémicos" siempre han aparentado fuerte confrontación con el “poder central”, aunque más bien de forma “estética” ya que, a la que han tenido ocasión, han colaborado con el gobierno central para seguir perpetuando y reforzando este régimen podrido. Esos partidos forman igualmente parte del antiguo régimen de 1978 y deben ser englobados en general en lo viejo, lo gastado, lo que hay que sustituir. 

Alternativas
Como muestra el gráfico anterior, el partido que más ha aumentado en intención de voto desde las últimas elecciones, es IU. Siempre ha habido un sector de la izquierda “intercambiable” que ha sido sensible a las llamadas del PSOE al “voto útil” (lo que le ha hecho ganar elecciones, a veces por mayoría absoluta), y que decepcionado tras un esclarecedor periodo de gobierno del PSOE, ha votado a IU. Sin embargo, IU no es capaz de recoger toda la caída de votos del PSOE, de modo que no constituye una alternativa a éste, sino más bien un posible apoyo, teniendo en cuenta que tradicionalmente ha formado –y forma actualmente- coaliciones que mantienen al PSOE “vivo”. Esto probablemente hace que IU no sea percibida como una vía de sustitución del régimen (algo que, si hablamos de su programa político, merecería al menos alguna consideración) sino como un riesgo de prolongación del mismo. Para seguir sumando, IU tiene que convencer a los que han perdido la esperanza en este régimen (la mayoría de los ciudadanos), que es capaz de ofrecer una alternativa real, y no una versión “atenuada” del mismo régimen agonizante. En los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo se consolida el estancamiento observado en el gráfico anterior del apoyo electoral para esta formación, lo que confirma que IU no puede liderar en solitario una transición a un nuevo régimen que deje atrás el sofocante y siniestro régimen bipartidista, pero puede sumar fuerzas con otros partidos que están emergiendo, como se comentará más adelante.

El siguiente partido en incremento de votos desde 2011 es UPyD, un partido hecho de políticos profesionales que critica la política profesional. Un partido que no es de derechas ni de izquierdas, porque como opina su principal líder, los votos son buenos vengan de donde vengan. Su estrategia es clara: recoger el voto del desencanto con la política, y principalmente el de derechas (hagan la prueba: pregunten a alguien inequívocamente derechista por su filiación política: el 99% responderá “que no es de derechas ni de izquierdas, que es apolítico, o, lo que es lo mismo, de centro”). UPyD es un partido que aboga por la regeneración de la política: que ello signifique un cambio real, devolviendo el poder a los ciudadanos y arrebatándoselo a quien hoy lo ostenta, el poder financiero, y no sea un cambio meramente cosmético, de caras, populismo en definitiva, es algo que dejo a la libre interpretación de los lectores del blog. No obstante, la intención de voto por este partido anda por el 4 %, lo cual les deja poco margen para regenerar políticamente el país, pues no pueden aspirar sino a pactar con otro(s) partido(s) (probablemente aquellos a quienes critican tan vehementemente), es decir, no pueden ofrecer una auténtica alternativa al régimen. Este partido ha bajado del 4º al 5º puesto en el panorama electoral español en las elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo. Veremos cual es su respuesta a esta caída en sus expectativas, y sobre todo, hacia donde se decanta en el futuro, si por mantener lo viejo o por ofrecer algo nuevo.

Como ya he señalado antes, las encuestas dejan un gran hueco libre, del orden del 60-65% del electorado, un montón de gente, que o bien va a abstenerse/votar en blanco-nulo, o bien no sabe qué va a votar (en parte esta incógnita ha sido desvelada en las elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo). Esto inquieta a muchos, porque de lo que decida este grupo podría depender el futuro del país. Si no van a votar, seguimos como estamos, PP se alternará con PSOE para esquilmar aún más a este depauperado pueblo hasta que esto reviente. Pero si les da por votar algo distinto, comienza la incertidumbre, y eso es yu-yu, tabú, anatema para los mercados, para el poder financiero, poco amigo de vaivenes, especialmente cuando el vaivén puede liberarnos de su pesado yugo. Este temor ha hecho que incluso se esté hablando de un pacto PP-PSOE (ver enlace), promovido por los poderes económicos, que temen una salida "a la Islandesa" con los suyos en el banquillo, y, sobre todo, para evitar que el poder cambie de bando, de los de arriba a los de abajo. Pero incluso así, no pasan del 26% entre los dos, o sea, que es posible derrotar al  bipartidismo y al poder financiero. Nadie dice que sea fácil, pero lo cierto es que, nunca ha estado tan cerca. Solo tenemos que ir a votar en masa y con cabeza. Calma, tenemos tiempo y, afortunadamente, en los últimos tiempos se han ido configurando alternativas que propugnan el cambio político profundo que inicie un nuevo periodo histórico, tal y como requiere el momento actual. Las elecciones al Parlamento Europeo del domingo 25 de mayo han empezado a decantar las opciones con más futuro en ese sentido. Es notable el avance de nuevas formaciones, especialmente Podemos, y algunas otras formaciones de izquierda con perfil nacionalista. Estos partidos emergentes, y quizá algunos más, deben pensar que cada uno por su lado no conseguirán alcanzar sus objetivos, que en general solapan  (por ejemplo, coinciden en los temas más importantes: auditoria de la deuda, transparencia y participación ciudadana, lucha contra la corrupción política, medidas pro-medioambientales, defensa de lo público, etc, es decir, lo que se espera de alguien no servil al neoliberalismo). Y como solapan en gran medida, pues deben considerar que lo más lógico es que se agrupen. La ciudadanía demanda un frente amplio contra el actual estado de cosas representado por el viejo y caduco régimen de 1978. Conviene no dar la espalda a la ciudadanía si se quiere hacer algo en política. El vivo ejemplo de esto es el PSOE, que desde su posición preeminente, actualmente está abocado a jugar un papel cada vez más marginal en la política de España por dar la espalda a sus electores con sus políticas claramente en contradicción con sus programas y lejos de las expectativas de sus bases.

En resumen, que empieza a haber alternativas. Aún falta un camino por recorrer, pero ya se ha empezado a andar. Es cosa de poco tiempo que se forme un frente común que represente los intereses de la mayoría de los ciudadanos, maltratados y despreciados por el régimen ya agotado pero que se resiste a morir, aunque esta vez lo nuevo ya empieza a asomar. Tu voto puede ayudar a que se produzca el cambio.

¡Salud y Megapraxis!

NOTAS
(1) Según la OCDE, la sanidad, la educación y la inversión en I+D son los factores más determinantes para el desarrollo de un país,
(2) Nada sabemos del error muestral en estas encuestas, pero no es descabellado suponer que es comparable al rango de variación observado entre encuestas: de ahí mi conclusión de que las variaciones son poco significativas y hablemos de un estancamiento).
(3) Es arriesgado comparar los resultados de unas elecciones reales con los de unas encuestas. Es necesario advertir que hay un sesgo importante en el momento de las elecciones, debido a la presión mediática, las campañas, y a otras consideraciones que hacen que lo que se observe en una encuesta de intención de voto pueda diferir bastante de lo que vaya a salir en unas elecciones).