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¿Que es Megapraxis? El mundo cambia, y el cambio constante es una de las ideas que conciernen a la Megapraxis, (Heráclito: "Todo fluye"). Otra es su universalidad: es global; hay que analizar todo, explicar todo; no nos conformamos con las partes. La realidad siempre es compleja y la complejidad también es megapráctica. Pero no todo va a ser análisis. Debe haber praxis ¿no? Pues eso, propuestas de acción práctica, que es lo que modifica la realidad. En resumen, conocer mejor la realidad para proponer acciones que la transformen, que la hagan progresar, que sumen “cuantos de progreso”. Pasito a pasito. Es muy simple. Pero no es fácil.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Un año de blog

Hoy se cumple un año desde que se publicó la primera entrada en este blog (El préstamo) y toca hacer balance. El año 2011, 4º año de la crisis, ha sido raro, y ello ha influido bastante en un blog que no quiere "pegarse" demasiado a la actualidad, aunque ésta ha sido tan intensa que no ha quedado más remedio que hablar de ella. En este primer año de vida hemos publicado 24 entradas, una cantidad modesta, pero en un blog como este, que persigue la reflexión y el análisis, la cantidad no es una prioridad.
Entre las modestas aportaciones de este blog hay una variedad de temas, con incursiones en política, economía, ciencia y razón, aunque siempre manteniendo un nexo común, un "fondo" propio y característico, consistente en explorar los límites de los paradigmas dominantes, a veces solamente para definirlos y fijar su posición, y otras veces para someterlos a la dura prueba de confrontarlos con la realidad y enfrentarlos a sus contradicciones. Mención aparte merecen las entradas que hemos etiquetado como "Cuentos del 15-M" y que surgieron de forma inesperada, como el propio movimiento 15-M. No hay duda que este movimiento ha influido en este blog, como en tantos otros aspectos. Es motivo de reflexión (que bien valdría una futura entrada) el efecto catalizador que ha tenido este movimiento, al poner de manifiesto tan clara y contundentemente un descontento social que ya estaba presente hacía tiempo en mucha gente, si bien disperso y sin forma. Algunas entradas de este blog, anteriores al 15 de mayo, así lo atestígüan. En ellas ya estaba "el espíritu del 15-M". La virtud de este movimiento ha sido la de aglutinar ese sentimiento de frustración, de impotencia, fraguado tras años de injusticias, de olvidos, de desprecios por parte de los "de arriba", los que detentan el poder.
Los "cuentos del 15-M" son algo imprevisto e inesperado, que no estaba en el guión cuando creamos el blog. Son fábulas con su moraleja, sin más pretensiones que servir mejor para exponer los límites de una conducta o las contradicciones de una sociedad, algo que a menudo expresan mejor los cuentos y ficciones.
A medida que el blog ha ido creciendo, lo ha hecho su público. Nunca aspiramos a una gran difusión, la verdad, aunque nos sentimos muy orgullosos del hecho de que hace pocos días rebasamos la cifra de 1000 visitas. Estamos muy agradecidos a los lectores que han mostrado interés por los contenidos publicados en este blog. La mayor parte de las visitas proceden de España, como es de esperar, por usar el idioma español y por muchos de los temas tratados, porque aunque el blog tiene aspiraciones universales, no deja de estar influido por las coordenadas del lugar desde donde se escribe. Sin embargo es muy grato comprobar que algo de universal tiene cuando se reciben muchas visitas de todos los rincones de la Tierra (sin descartar que algunas correspondan a españoles fuera de España). Es muy interesante el hecho de que el segundo país de origen de las visitas a este blog sean los Estados Unidos de América, seguido de Alemania y Francia. Por continentes (si contabilizamos solo visitas de fuera de España) gana América, con una componente muy importante (lógicamente por el idioma) de países latinoamericanos, encabezados por México y Argentina, aunque hay visitas de prácticamente todos los países latinoamericanos. Europa aporta también bastantes visitantes, destacando Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia, Suiza, Holanda y Bélgica. Todo esto refleja la absoluta globalidad de Internet, este nuevo y poderoso medio.
Consideramos que todo lo anterior ha sido muy positivo, y nos anima a seguir escribiendo. Cremos en el poder transformador que pueden tener estas modestas aportaciones para intentar conseguir que el mundo mejore. Animamos a los lectores a participar en este empeño enviando sus comentarios, todo lo críticos que consideren oportuno (faltaría más), que siempre son bien recibidos. Del contraste de opiniones surge a menudo la novedad, motor del cambio.
A todos los lectores queremos enviar un mensaje para el próximo año: de la actitud combativa, inconformista, luchadora, que mostremos todos depende que el 2012 sea un año próspero para todo el mundo, o lo siga siendo solamente para los pocos de siempre.

FELIZ Y MEGAPRÁCTICO 2012





jueves, 15 de diciembre de 2011

Neolengua (I): gobernanza, empoderamiento y excelencia


Orwell lo anticipó en "1984": la "neolengua" (*) (newspeak) sería el lenguaje perfecto en un régimen totalitario perfecto. Sigue sorprendiendo la capacidad de Orwell para anticipar el porvenir. En muchos aspectos (y para nuestra desgracia) podemos reconocer en la sociedad actual aproximaciones peligrosas a la sociedad fabulada en "1984". En esta entrada nos fijaremos en un aspecto en particular: la proliferación de términos que bien podrían constituir el embrión de una neolengua de estos tiempos. Nuevos términos surgen como setas en el lenguaje político, lo que no deja de ser inquietante, sobre todo por que ya no se trata de política-ficción, sino de la realidad. Surgen insidiosamente, y cuando lo hacen, lo hacen con aplomo, con autosuficiencia, como si hubieran existido toda la vida y fueran normales. De hecho, pareciera que todo el mundo debiera saber a qué se refieren, pero a la postre, nadie lo tiene claro. ¿Por que? Pues porque en ellos hay algo, una condición previa, un "misterio" que deben preservar, un misterio solo para iniciados. Es esta la verdadera finalidad de estos términos: serían inútiles si todo el mundo llegara a conocer su significado. Al fin y al cabo, aún hay clases, y la clase política tiene que distinguirse de la plebe, y un lenguaje inventado ayuda. Términos como "gobernanza", "empoderamiento" y "excelencia" subyugan a ingenuos y entusiasman a conversos neopolíticos. A continuación intentaremos adentrarnos en sus "misterios".

Gobernanza
Esta palabra aparece en el Boletín Oficial del Estado (BOE) 225 veces, pero antes de 2005 era prácticamente inexistente. Desde entonces ha ido aumentando su frecuencia, pero es en los dos últimos años cuando ha "triunfado". Tiene que aparecer en cualquier decreto que se precie. ¿Alguien sabe qué quiere decir "gobernanza"? Desde luego, el revisor de texto de Word no, porque la marca como desconocida (si te descuidas, te la cambia por "gobernanta", que si viene en el diccionario).Vamos a poner unos ejemplos a ver si sacamos algo en claro.
"El Comité Consultivo del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud actuará como órgano especializado, colegiado y permanente de consulta y participación social en las políticas de salud pública, de tal modo que se asegure una adecuada gobernanza del sistema." (BOE)
"Más de treinta años después de la entrada en vigor de la Constitución, formando parte España de la Unión Económica y Monetaria Europea, que consolida y proyecta sus competencias en el marco de una creciente gobernanza común..." (BOE).
Este tipo de frases se repiten en textos oficiales como el BOE, los textos de cualquiera de las instancias de la Unión Europea, y los de muchos organismos internacionales (en inglés, "governance" es igualmente "neolengua", con el mismo carácter misterioso, relacionada con "government", gobierno, pero no igual).
Pero no es solo en el BOE o en otros textos oficiales, donde esta palabra prolifera. En las noticias de los medios de comunicación es cada vez más frecuente encontrársela en frases como las de los siguientes ejemplos:
 "Asistimos a la colonización de la política por parte de exigencias de los mercados", ha advertido De la Vega, que con estos argumentos ha reivindicado "dar pasos decididos hacia un sistema global de gobernanza" para controlar más y mejor a los poderes económicos."  (ABC 17/10/2011)
O  este otro:
"...La actividad bancaria en nuestro país recaerá mayoritariamente en los bancos comerciales, que cuentan con una gobernanza equiparable a la de cualquier entidad financiera internacional" (El País, 22-10-2011).
Parece que quiere decir algo entre "control", "administración" y "gobierno". Es posible que el significado oculto, el misterio de esta palabra sea en realidad la desconfianza en palabras como "gobierno" porque no confiere a la frase la idea adecuada de "control". "Gobernanza" posee además un cariz de poder y de mando. Si bien este palabro neolingüístico tiene que ver con mandar, gobernar, controlar, administrar, es probable que ninguna de estas palabras sirva al poder, sea político o económico (es el mismo en realidad), que necesita un término que no tenga la componente autoritaria de "mandar", la componente alienante de "controlar", y las connotaciones negativas (fomentadas desde el propio poder) asociadas con "gobernar" y "administrar", por estar éstas unidas a la idea de "ineficacia", algo a lo que han contribuido los gobernantes actuales, que desprestigian todo lo que tocan, pero que no se puede permitir un autentico término de la "neolengua" como es la palabra "gobernanza". En resumen, el poder ha tenido que reinventar la palabra "gobierno" y transformarla en "gobernanza", porque a estas alturas ya nadie confía en ningún gobierno.

Para terminar con esta palabreja neolingüística, dejo aquí la opinión del profesor Daniel Vila, quien recientemente interpretó la sutil sustitución de los términos "gobierno y gobernabilidad" por el de "gobernanza" como "una trampa para meter en el mismo saco los derechos de las personas físicas y de las jurídicas o sociedades mercantiles, cuyo barniz ideológico y propagandístico es la responsabilidad social corporativa, una engañifa orientada a que se reconozcan los mismos derechos al capital que a las personas"
Es muy probable que sea la interpretación más correcta, y válida para un buen número de términos neolingüísticos, Por cierto ¿se han fijado en la expresión "responsabilidad social corporativa"? Como neolengua, promete casi más que "gobernanza".

Empoderamiento
En el BOE se ha usado esta expresión 90 veces, de ellas el 90% desde 2005 y el 50% en los dos últimos años. Llama la atención una disposición de este último año en la que se emplea el término 18 veces. Como sigamos así el BOE va a pasar a llamarse "Boletín Oficial del Empoderamiento Español".
Según el "Diccionario panhispánico de dudas", empoderar es conceder poder a un colectivo desfavorecido socioeconómicamente para que, mediante su autogestión, mejore sus condiciones de vida.
Al parecer ya existía este término en español, de modo que la actual proliferación del mismo es una resucitación del mismo (porque estaba muerto) ¿Que motivo ha hecho que sea necesario resucitar un palabro como "empoderamiento"? Se ve que no había otra manera de designar una acción que viene siendo cada vez más común: conceder graciosamente un poder a un colectivo. Se podrían usar otros términos, como "otorgar", "ceder", "conceder", "conferir", "transferir", "traspasar", "adjudicar", "asignar" poder...Pero no, ninguno de estos términos era suficiente y hubo que resucitar un término muerto. Pero si estaba muerto, sería por algo, ¿no? Una hipótesis probable es que fuese tan feo que nadie quisiera usarlo. En realidad, en inglés también se usa un término equivalente e igual de feo: "empowerment". Se ha usado con más empeño en relación con acciones institucionales dedicadas a mejorar la vida de colectivos de mujeres que padecen desigualdad, pobreza, injusticia, etc. A continuacion se citan algunos ejemplos:
"(El CJE-Consejo Juventud de España) ha apostado por la promoción de la juventud de origen extranjero a través de su participación en el tejido asociativo, la creación de redes, el empoderamiento y el liderazgo" (Europa Press, 9-12-2011).
"El mandatario estatal explicó que la estrategia de empoderamiento de las mujeres del gobierno de Chiapas se basa en cinco ejes: 1.- El derecho a una vida libre de violencia. 2.- Acceso a la salud. 3.- Acceso a educación. 4.- Empoderamiento económico, y 5.- Empoderamiento político. (La Jornada, 11-3-2011).
"ONU Mujeres, conocida formalmente como la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, aglutina a cuatro órganos anteriores de la ONU y representa el esfuerzo más ambicioso de las Naciones Unidas hasta ahora, orientado a acelerar las acciones para la igualdad de género" (Hoy Digital, 24-2-2011).
La propia palabra es en sí bastante increíble: ¿dar poder? O mejor dicho ¿cederlo? ¿a quien? ¿a colectivos desfavorecidos? ¿quien lo cede? ¿la ONU? ¿el gobierno? ¿el poder de verdad (el financiero, para entendernos)? ¿desde cuando está teniendo lugar esta cesión graciosa de poder a los desfavorecidos?¿Lo han notado éstos en algo?¿son un poco menos desfavorecidos desde que se les está "empoderando"? Lo dicho, neolengua. Vacía, pero imponente.

Excelencia
Para los españoles de cierta edad el término "excelencia" tiene unas connotaciones funestas. Hace no tantos años en España "reinaba" un fresco General (perdón por el clásico chiste, aparecido en la sección meteorológica de la revista "La Codorniz" en pleno apogeo de la censura franquista). Unos lo llamaban "patas cortas", (y otras muchas cosas menos condescendientes) pero otros lo adulaban (le hacían la pelota, vamos) con términos como "Su Excelencia". En los medios de información, así como en cualquier comunicación oficial, había que tratar al General como "Su Excelencia, el Generalísimo", palabras que solían abrir los "partes" de Radio Nacional (o los NO-DOs, etc) seguido de frases como "ha inaugurado un pantano en...". Sirva lo anterior para explicar que cuando un término adquiere unas connotaciones tan negativas, es difícil quitarle el sanbenito. A muchos españoles no nos suena bien lo de "excelencia", aunque la pobre palabrilla no tenga la culpa de ello.
Ahora en serio, en los últimos tiempos ha proliferado como las setas en otoño el término "excelencia" en ámbitos nuevos. Si tradicionalmente este término estaba asociado a "lo mejor", "lo más refinado", "lo que destaca  sobre lo demás" y se empleaba particularmente para designar la alta calidad en un determinado producto o servicio, hoy se ha extendido a otros ámbitos, y es en éstos donde se dan las connotaciones "neolingüísticas" de la palabra. Concretamente, ha invadido el terreno de la educación. Si examinamos la de nuevo el BOE, el Ministerio de Educación emitía a comienzos de la última década entre 6 y 7 documentos conteniendo la palabra "excelencia", mientras que estas cifras se multiplicaron por 10 a partir de 2010 ¡Otra vez los dos últimos años! (Un inciso:¿que ha pasado en los dos últimos años para que necesitemos utilizar palabras antes prácticamente desconocidas, muertas o fuera de su contexto natural?).
¿De qué hablan estas normas del Ministerio de Educación? Pues veamos un ejemplo. En la siguiente Orden
Orden EDU/2344/2011, de 16 de julio, por la que se publica la convocatoria para la subvención de acciones con cargo al programa de Estudios y Análisis, destinadas a la mejora de la calidad de la enseñanza superior y de la actividad del profesorado universitario en el año 2011.
la palabra "excelencia" aparece 20 veces. Por ejemplo, en el primer párrafo:
Para dar cumplimiento a lo anteriormente indicado e iniciar diversas acciones encaminadas a la innovación y la excelencia universitarias, se hace pública la presente convocatoria de subvenciones para el año 2011.
O más adelante:
La Universidad española se encuentra inmersa en una activa tarea de modernización de sus estructuras para adaptarse a las exigencias del Espacio Europeo de Educación Superior, el Espacio Europeo de Investigación y la Agenda europea de modernización de la universidad, y en la búsqueda de la excelencia internacional, todo ello enmarcado en el entorno de la Estrategia Universidad 2015. 
Y así 18 veces más. Está claro que la "excelencia" ha cobrado mucha importancia para el Ministerio de Educación español. Nótese que existe una "estrategia" (Estrategia Universidad 2015) que enmarca todo esto. Se va buscando la "excelencia" en la Universidad. Se crean "Campus de Excelencia" en las Universidades. En investigación pasa lo mismo: se dan fondos para "proyectos de investigación de excelencia", se crean "grupos de investigación de excelencia". Pero no solo ahí. Comunidades Autónomas como la Comunidad de Madrid han adoptado la palabra "excelente" casi como una mascota, de forma que es imposible visitar uno de sus edificios oficiales sin tropezarse con ella una y otra vez. "Madrid excelente" es el lema del Gobierno de dicha Comunidad, que promociona en programas y campañas de propaganda institucional (costosísimos y que pagamos todos, viendo al mismo tiempo recortados los presupuestos dedicados a servicios esenciales como educación o sanidad en esa Comunidad). Lo más reciente es la creación del "Bachillerato de excelencia" (otra vez la educación), un programa especial para alumnos "de élite" que se imparte en centros de enseñanza especialmente habilitados por el programa y separados de los demás.
¿Cual es la intención de toda esta "estrategia" de búsqueda de "excelencia"? Según esta estrategia, al parecer no toda la educación puede, ni tiene por qué, ser excelente. Lo mismo la investigación, y los demás ámbitos donde se aplica este vocablo neolingüístico. Hay que diferenciar, distinguir y favorecer aquella parte que se distingue porque persigue "la excelencia". Hasta aquí todo normal. ¿Dónde está el misterio, pues?. ¿De qué hablan cuando dicen "excelencia"? El mensaje es: dos sistemas, dos calidades: la "normal" y la "excelente". La normal para los que no destacan, y la otra para los que lo hacen. Pero ojo, dos sistemas y una sola caja: los fondos se los llevan los excelentes. Si antes teníamos una caja para financiar un sistema digno, la estrategia de la excelencia consiste en separar fondos de la caja de la dignidad para mantener la excelencia a expensas del resto. Tendremos un bachillerato "de excelencia" para unos pocos, a costa de retraer esos recursos de un sistema educativo hasta ahora digno, pero que ya no vamos a mantener dignamente. Tendremos un Campus de Excelencia, a expensas de abandonar a muchas Universidades a su suerte, pues la excelencia siempre ha sido cosa de minorías. Tendremos investigación excelente bien financiada, a costa de abandonar al resto del sistema que no opera con los mismos estándares, porque no puede competir en igualdad de condiciones. Eso si, poca investigación, porque la caja es la misma, y si financiamos bien a una minoría es porque dejamos de financiar a la mayoría. Este es el misterio tras la palabra "excelencia". El mundo de, por y para los excelentes. Segregación. Castas sociales. Excelencia a costa de dignidad.

NOTAS: Hemos analizado algunos términos "sospechosos" de formar parte de la neolengua de hoy, pero hay muchos más que quizá podamos analizar en futuras entradas. Los lectores pueden enviar sugerencias, comentarios y sobre todo, términos "candidatos". Entre todos podemos construir un "observatorio de neolengua" muy útil en estos tiempos en que no se llama a las cosas por su nombre. Para ello pueden utilizar el enlace habilitado para enviar comentarios al final de esta entrada, o bien directamente el e-mail del blog: megapraxis@blogspot.com. Gracias a todos.


(*) Neolengua, en la acepción Orwelliana del término:
"El propósito de la Neolengua no era solo proporcionar un medio de expresión para la cosmovisión y hábitos intelectuales propios de los devotos del "IngSoc"**, sino imposibilitar todas las demás formas de pensamiento".
G. Orwell, 1984
**IngSoc: forma política totalitaria vigente en Oceanía, uno de los bloques geopolíticos en que se divide el mundo en la ficción de la famosa novela de Orwell.

lunes, 5 de diciembre de 2011

¡No os resignéis!

Vivimos un momento histórico. La Unión Europea, una construcción que surge de las ruinas de un continente asolado tras una guerra demoledora contra el fascismo, una construcción que surge con el propósito de evitar que sucediera de nuevo algo tan atroz como aquella guerra, se está desmoronando. Sus fundamentos, recordemos, la solidaridad, el bienestar, la justicia y la libertad, están siendo socavados desde dentro. Los actuales dirigentes políticos conducen a la Unión Europea a un callejón oscuro en el que aquellos valores por los que lucharon los fundadores se están dilapidando delante de los ojos de los europeos. Esos europeos que han luchado durante décadas para construir una sociedad libre, justa y solidaria, en el que haya sitio para todos y todos tengan los mismos derechos, no importa su origen o su credo o su sexo. Ese sueño europeo ahora se esfuma, se volatiliza, se consume en el ara del sacrificio en pos de la primacía de los mercados. Ya priman en Europa más los bancos que los ciudadanos, más la libertad del capital que la de las personas, más el beneficio privado que el bien común. Nuestros dirigentes, de cualquier signo, han mostrado no solo una vergonzosa falta de coraje para oponerse a esta situación, sino además una ignominiosa complacencia e incluso complicidad con la situación que se ha impuesto. No han defendido los derechos de los ciudadanos que les votan, sino que muy al contrario, han aceptado como inevitable un destino que nos lleva a todos a la ruina, a una Europa sin rumbo, sin futuro, sin libertad, sin solidaridad, sin democracia, sin derechos ciudadanos. A una Europa fascista. A la Europa de las cámaras de gas y de los holocaustos. A la Europa del exterminio.
Décadas de construcción de bienestar, de democracia, de libertad, dilapidadas en unos meses.¿Por que? Por una razón muy sencilla: por nuestra resignación. Cuando vimos que un político robaba y le seguimos votando, nos resignamos a soportar la corrupción. Cuando vimos a los consejeros de administración de un banco rescatado con dinero público irse con los bolsillos llenos de nuestro dinero y callamos, nos resignamos a que los bancos saquearan lo público impunemente. Cuando vimos cómo la policía ejecutaba una sentencia de desahucio dejando a una pobre anciana sin medios en la calle y no hicimos nada, nos resignamos a que la gente pudiera ser despojada impunemente, a que sus derechos (y los nuestros) pudieran ser pisoteados. Cuando vimos que los políticos, siguiendo instrucciones del poder real, el financiero, regalaban los bienes y servicios públicos a manos privadas, nos resignamos a quedarnos sin esos bienes y servicios que eran nuestros, sin recibir nada a cambio. Cuando vimos, en fin, que los poderosos, los de arriba, saqueaban lo nuestro, lo público, nuestras pensiones, nuestros ahorros, nuestras casas, nuestros colegios, nuestros hospitales, nuestro futuro...y no hicimos nada para evitarlo, fue entonces cuando nos resignamos a perder nuestra dignidad. 
¿Vamos a dejar que esto que está pasando ahora mismo en Europa nos termine de despojar de lo que nos pertenece? ¿Vamos a abandonarnos a las fuerzas del capital, el poder dominador de los de arriba? ¿Dónde están nuestros brazos, esos que otras generaciones anteriores alzaron contra la injusticia? ¡No os resignéis!¡Luchad!¡Luchad con todas vuestras fuerzas! Aún se puede hacer algo. Aún hay tiempo para revertir esta penosa situación. Los de abajo somos muchos, pero sobre todo, tenemos la fuerza de la razón. Sin nosotros, ellos, los de arriba, no son nada, pero nosotros seremos todo sin ellos. Ellos no tienen rumbo, porque el único propósito que les guía es su afán insaciable por ganar más dinero, y eso no es un rumbo, porque conduce a la muerte, y nosotros nos dirigimos a la vida. ¡No os resignéis a la muerte! ¡Poned rumbo a la vida! ¡A vuestra vida! ¡A vuestra libertad! ¡A la vida y la libertad de las generaciones futuras que no tienen por qué carecer de aquéllo que disfrutamos nosotros y que tenemos que saber conservar para ellos!
¡Adelante! ¡La lucha empieza hoy! ¡Ni un paso atrás! ¡Venceremos!

¡Salud y megapraxis!

domingo, 4 de diciembre de 2011

La subasta de órganos


Tras examinar las pruebas realizadas, el médico comunicó al Sr. Smallboot la mala noticia: su hija necesitaba un trasplante cardíaco, y para ello había conseguir el órgano a través de una subasta por Internet. Hacía algunos años que la sanidad pública había sido sustituida por un sistema de seguros médicos privados. La sanidad pública y muchas cosas más. Lo “público” fue erradicado como si se tratase de la peste. Ahora, si necesitabas un órgano, había que pujar bien alto para conseguirlo. Si no, mala suerte. Las pólizas no solían incluir este tipo de intervenciones, de manera que si tenías la desgracia de necesitar un transplante, debías contratar el servicio aparte. Por supuesto, esto estaba solo al alcance de unos pocos privilegiados, no solo por el precio de la intervención (al que había que sumar el del órgano en subasta), sino porque además a partir de entonces los gastos médicos se disparaban, y con ellos los precios de las pólizas. La población general no podía ni soñar con una intervención médica de este calibre.

Las subastas de órganos por Internet eran gestionadas por empresas especializadas que cotizaban en bolsa. Ocurría algo similar con los bancos de sangre: la “donación” voluntaria había sido sustituida por la compra de sangre a particulares. Los “bancos de sangre” eran igualmente gestionados por empresas privadas que también cotizaban en bolsa. El precio de la sangre y los hemoderivados lo determinaban las agencias de “hemorating”. Había 3 calidades, en función de la seguridad de los productos sanguíneos: sangre “de primera”, analizada individualmente; "de segunda", analizada por lotes, según un algoritmo estadístico que reducía el riesgo, pero no lo eliminaba, y "de tercera", sin control alguno. La primera categoría era cada vez más escasa, porque era muy difícil encontrar suministradores de sangre "seguros" toda vez que los que acudían por necesidad a vender su sangre se habían convertido en auténticos “sacos de virus”, por la falta de sistema sanitario eficaz. La salud pública era cosa del pasado. No importaba la sanidad de la población, sino la del individuo, que dependía de lo que pudiera pagar por mantenerla. La ausencia de control sanitario público trajo como consecuencia el auge de las enfermedades infecciosas, que se cebaban con la población con menos recursos, precisamente los principales “suministradores” de sangre de los bancos, con el consiguiente riesgo para las transfusiones.

La hija del Sr. Smallboot necesitaba un trasplante. Su corazón no latía bien. Un defecto genético. El corazón de los Smallboot era su punto débil. Por suerte, el Sr. Smallboot poseía una gran fortuna, amasada por su familia durante generaciones dedicadas al negocio de la banca. Siendo así, no tendría ningún problema en proporcionar un corazón a su hija, así como todos los cuidados médicos necesarios para restablecer su salud. El Sr. Smallboot era un liberal convencido, y por lo tanto un firme partidario de la medicina privada. “Cada cual –decía- tiene lo que merece en la vida. Si no te has hecho merecedor de riqueza suficiente para pagar un buen seguro médico, es por tu culpa, por no haberte esforzado bastante, y tú y tu familia debéis afrontar las consecuencias. Los que nos hemos esforzado no tenemos por qué cargar con los gastos de los que no lo han hecho”. Consistente con la ideología imperante, para el Sr. Smallboot “esforzarse” era un concepto amplio que incluía a las generaciones previas y las riquezas y posición que recibía uno en herencia.

Los órganos de “calidad” eran también escasos y ello hacía que alcanzasen precios muy elevados en las subastas. Esto no era un problema para el Sr. Smallboot. Sin embargo, a veces había que esperar cierto tiempo para conseguir uno que fuera compatible, lo cual si representaba un problema en este caso, porque era urgente. El Sr. Smallboot no estaba dispuesto a esperar, por lo que había utilizado su influencia para presionar a su seguro médico para que consiguiera un corazón compatible lo antes posible. Comprendieron que no había otra alternativa sino complacer al Sr. Smallboot y hablaron con LIFE-BIONICS, una empresa de servicios sanitarios, que entre otras cosas, se dedicaba al negocio de la compraventa de órganos y la gestión de bancos de sangre, para que, en lo posible, acelerara el proceso.

El Sr. Tobin trabajaba en LIFE-BIONICS. Antes había sido epidemiólogo en la Agencia Nacional de Salud Pública, un organismo estatal que velaba por el control de las enfermedades. Al no considerarse necesaria su actividad, cerró y todos los funcionarios que trabajaban en ella tuvieron que buscar nuevas ocupaciones. Al Sr. Tobin no le costó mucho encontrar trabajo en LIFE-BIONICS, dada su experiencia en el control de enfermedades infecciosas. Se ocupaba de la seguridad de los productos de la compañía. Tanto la sangre y hemoderivados como los órganos podían transmitir enfermedades infecciosas graves y debían someterse a pruebas que aseguraran su inocuidad. El Sr. Tobin se encargaba de ese control, cuyo objetivo era optimizar la relación entre el coste y el riesgo para la seguridad de los productos. El sistema de control esencialmente servía para proteger a la empresa ante las acciones legales que pudieran emprender afectados de posibles casos de contagio derivados del uso de los productos de la empresa. La seguridad se basaba en reducir el riesgo de trasmisión de enfermedades infecciosas a los más pudientes, que podían pagar caros abogados para demandar a la empresa. El resto no era relevante. Desde luego, LIFE-BIONICS no podía arriesgarse a que el corazón para la hija del Sr. Smallboot estuviera infectado por algún agente patógeno. El Sr. Tobin recibió instrucciones sobre la especial atención que merecía ese órgano.

El Sr. Tobin se sorprendió del hecho inusual de recibir 10 donaciones de órganos el mismo día. Ello aumentaba las probabilidades de encontrar un corazón compatible para la hija del Sr. Smallboot. Todos los órganos eran de niños fallecidos apenas unas horas antes. Al terminar los análisis, todos esos órganos serian subastados públicamente a través de Internet, y el precio sería en gran medida determinado por los análisis que iba a realizar el equipo del Sr. Tobin. El análisis genético realizado en esta ocasión –por la importancia que había cobrado el caso, y por el precio que probablemente alcanzaría alguno de los corazones en la subasta- fue el más completo disponible. No solo permitía comprobar la compatibilidad, sino también la ausencia de patógenos, así como los rasgos genéticos de los donantes. En cuanto se informara del resultado de los análisis, se procedería con la subasta.

Los análisis hallaron un corazón compatible apto para transplantar a la hija del Sr. Smallboot, de modo que el Sr. Tobin respiró tranquilo. Además, era un corazón sano, seguro, sin patógenos, aparentemente. Sin embargo, los análisis mostraban que tres de las diez donaciones presentaban infección por virus de la fiebre amarilla, por lo que esos órganos fueron desechados inmediatamente. La fiebre amarilla estaba causando brotes en la ciudad desde hacía algún tiempo. La quiebra de los sistemas de control de la salud pública y el abandono de los programas de vacunación habían provocado la vuelta de enfermedades que antes se consideraban superadas, como la polio, el paludismo o la fiebre amarilla.

El Sr. Tobin pensó con razón que esos tres casos de fiebre amarilla entre los donantes respondían a un brote en ciernes en la ciudad, y que probablemente habría más casos. La fiebre amarilla se transmite por la picadura de un mosquito y éstos ya abundaban a comienzos del verano, por lo que era de esperar un aumento de los casos a lo largo del verano hasta el otoño. Esta situación era preocupante para la gestión de la seguridad de las transfusiones de sangre y hemoderivados, asunto que concernía directamente al trabajo del Sr. Tobin.

A pesar de todo, el corazón sano y compatible con la hija del Sr. Smallboot fue subastado rápidamente, conforme a la urgencia del caso. El Sr. Smallboot pujó una fuerte suma y lo consiguió. La operación de trasplante se llevó a cabo en seguida y fue un éxito. La niña se recuperaba en una confortable habitación del hospital de lujo donde fue intervenida.

Pero había otro motivo de inquietud para el Sr. Tobin. Como epidemiólogo, sabía que al comienzo de una epidemia el virus podía resultar indetectable incluso para los sofisticados sistemas analíticos que empleaban en su empresa. Y si había nada menos que tres casos de fiebre amarilla entre aquellos 10 donantes de órganos, es que podía haber un vínculo entre ellos. ¿Existía ese vínculo con los demás donantes? Si esto fuera así, había cierta probabilidad de que incluso siendo negativos los análisis, los órganos que fueron considerados aptos para el trasplante podrían contener virus de fiebre amarilla viables, capaces de producir la enfermedad en los receptores del trasplante. Expuso estos razonamientos a sus superiores para solicitar realizar investigaciones de campo sobre el caso, pero se negaron, aduciendo que el contrato del Sr. Tobin prohibía expresamente hacer ningún tipo de averiguaciones sobre las muestras que recibía, y en especial sobre su origen. El Sr. Tobin decidió hacerlas por su cuenta y riesgo, sabiendo que no solo no podría contar a nadie aquello que averiguara, sino que podía meterle en un buen lío, pero era mayor su afán por conocer la verdad que cualquier otra consideración. Tenía contactos en la policía que le debían favores, y a ellos acudió. Le informaron que todos los donantes procedían de un único accidente, un autobús que transportaba niños de un colegio de huérfanos se salió de la carretera y chocó contra un pilar, a consecuencia de lo cual murieron 10 niños. Muchos heridos fueron atendidos en un hospital cercano. Ese mismo hospital gestionó las donaciones y llevó a cabo las extracciones de los órganos. LIFE-BIONICS adquirió los derechos de subasta de los órganos a este hospital, que formaba parte de la red del seguro médico del Sr. Smallboot. Fue al colegio y habló con el director, el cual le dijo que los niños iban a una excursión programada el día anterior. Le habló de que el colegio pertenecía a una fundación, uno de cuyos principales socios era el Sr. Smallboot. Le confirmó que los órganos fueron donados por la fundación, tutora legal de los niños fallecidos. No se trataba de una verdadera “donación” porque en realidad recibirían un porcentaje del dinero obtenido en subasta de cada órgano. Sobre la fiebre amarilla, aún no se había detectado ningún caso en el colegio.

El Sr. Tobin se fue a su casa un tanto turbado. Había oído rumores acerca de redes de tráfico ilegal de órganos para trasplantes y su relación con las desapariciones que desde hacía algún tiempo se habían multiplicado en la ciudad. No había cifras oficiales, ni aparecían en las noticias –la explicación oficial era que no era conveniente informar sobre ellos para no perjudicar las investigaciones- pero debían de ser bastantes cuando todo el mundo tenía un caso más o menos “cercano”, un conocido o un familiar, que había denunciado la desaparición de alguien en su entorno. Pero este caso iba más allá. El origen de los órganos era claro: un accidente aparentemente normal, pero plagado de “casualidades afortunadas”. Por un lado, la cercanía del lugar del accidente y un hospital “demasiado preparado” para atender a los heridos, pero sobre todo, extraer los órganos de los cadáveres de los niños fallecidos (un policía le dijo que llegaron antes que los heridos); por otro lado, la forma en que se organizó la excursión en el colegio, de repente y sin preparación; y, por último, la omnipresencia del Sr. Smallboot en todo aquello. Olía mal, pero tampoco había ninguna prueba.

Pasaron unos días y la hija del Sr. Smallboot sufrió complicaciones y finalmente murió de fiebre amarilla. El Sr. Smallboot emprendió acciones legales contra LIFE-BIONICS. Una investigación interna puso de manifiesto que el Sr. Tobin había informado que era importante hacer una investigación de campo para descartar la presencia de virus de la fiebre amarilla en el corazón trasplantado, pero que su superior la había rechazado. El Sr. Tobin se libró por poco, pero su superior se suicidó, no sin antes dejar una carta aclaratoria dirigida al juez. En dicha carta explicaba los detalles de una operación para conseguir a toda costa un corazón compatible para la hija del Sr. Smallboot, propiciada por la presión que ejerció éste sobre su compañía de seguros, y que ésta transmitió al resto de las partes. El accidente fue provocado. La carta daba todo tipo de detalles y pruebas que lo demostraban. La finalidad última era obtener el ansiado corazón para la niña enferma. El juez determino la responsabilidad de cada parte. Al Sr. Smallboot, si bien reconocieron que no participó directamente en el asesinato, y ni siquiera sabía acerca de su comisión, si jugó un papel central como instigador. Fue condenado a 10 años de prisión por ello, si bien el gobierno le indultó antes de empezar a cumplir condena. La prensa unánimemente defendió su inocencia, en parte porque era accionista importante de los principales medios, en parte porque era cliente (anunciante) principal de los demás. El Sr. Smallboot sin embargo no comprendió el sentido de todo aquello, y finalmente se suicidó, poniendo fin a la saga de banqueros más importante del país. Sus bienes fueron a parar por propio deseo suyo a obras de beneficencia. Fueron creadas numerosas casas de huérfanos, necesarias en aquellos tiempos en los que la esperanza de vida estaba por debajo de los 50 años.

El mundo siguió siendo imperfecto. Gente inquieta como el Sr. Tobin lo ponían de manifiesto en cuanto decidían actuar por su cuenta. Gente como el Sr. Smallboot creían que el mundo era perfecto hasta que la imperfección se mostraba delante de sus ojos en toda su crudeza, acusándoles, y entonces algunos no podían resistirlo y se suicidaban.



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