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¿Que es Megapraxis? El mundo cambia, y el cambio constante es una de las ideas que conciernen a la Megapraxis, (Heráclito: "Todo fluye"). Otra es su universalidad: es global; hay que analizar todo, explicar todo; no nos conformamos con las partes. La realidad siempre es compleja y la complejidad también es megapráctica. Pero no todo va a ser análisis. Debe haber praxis ¿no? Pues eso, propuestas de acción práctica, que es lo que modifica la realidad. En resumen, conocer mejor la realidad para proponer acciones que la transformen, que la hagan progresar, que sumen “cuantos de progreso”. Pasito a pasito. Es muy simple. Pero no es fácil.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Grándola, Vila Morena entre zambombazos, Madrid, 14 de noviembre de 2012

Vamos a contar algo que vimos ayer con nuestros propios ojos. Creo que ello es de interés por varios motivos, como podrán comprobar, pero uno de ellos deriva de que se trata de una experiencia directa, al contrario que la mayor parte de las noticias que emiten los medios "convencionales", que, como mínimo, carecen de este contacto directo con la realidad. Abramos esa ventanita a la realidad, pues.
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Para aquellos lectores de fuera de España (en este blog más de la mitad), recordemos que ayer fue jornada de huelga general en España y en otros países de Europa, particularmente en los del Sur, especialmente castigados por una situación económica asfixiante causada por una política desastrosa, como ya hemos señalado en posts previos, y es abundantemente comentado en la literatura mediática, tanto convencional como digital.
Por la tarde hubo enormes manifestaciones en toda España. Vamos a centrarnos en la que hubo en Madrid. La manifestación fue una de las más concurridas que recordamos. Una idea de lo que fue la puede dar quizá la siguiente fotografía:




Pero aunque la imagen es impresionante, no es suficiente para describir lo que fue, sus dimensiones reales. Hay que estar allí para percibirlo. No es suficiente una imagen estática, porque en todo momento entraban y salían gentes por todos lados. A medida que te ibas acercando, se iba acercando mucha más gente contigo, pero también otra volvía, salía de la manifestación, porque quizá venían de lejos y tenían un largo camino que recorrer para volver. La manifestación era como un continuo fluir de gente, como un río en el cual el caudal puede mantenerse pero el agua no es siempre la misma. Por eso, a pesar de las guerras de cifras, es imposible saber cuanta gente se manifestó.
Otra impresión que sólo se puede percibir de forma directa, es la creciente indignación de la gente con la situación que se vive en el país. Se percibía especialmente en una jornada como la de ayer, porque la gente entabla conversaciones que un día cualquiera no se producen, en la calle, esperando el autobús, el metro, el tren (largas esperas, servicios mínimos en un día de huelga, recordemos). Cierta solidaridad entre los manifestantes hacía más fácil el compartir penurias: gente confesando que llevan años sin empleo, o que cobran 400 euros de pensión de viudedad, manifestaba su indignación y enfado hacia quienes han propiciado la situación absolutamente sangrante que viven ellos y sus familias. Mucha desesperación, no ya por la penosa situación en si, sino porque no se le ve ninguna salida. Desesperanza.
Y llegamos a Neptuno, donde un montaje espeluznante de dispositivo policial antidisturbios se despliega hacia el Oeste, protegiendo el Congreso de los Diputados como un bunker en plena guerra. Los representantes del pueblo protegiéndose de éste, que les grita cada dos por tres que no le representan.
Pero estamos en paz. La gente se mueve despacio, entrando y saliendo continuamente de la plaza. Parece que no pueden ni quieren parar quietos. Muchos medios de comunicación apostados al acecho de algún atisbo de algo que les permita atraer la atención de su audiencia. No se produce. Decepción.
La manifestación en si es anodina. Un helicóptero policial ("ito ito ito, que se caiga el pajarito", se oye gritar de vez en cuando) sobrevuela la zona llenando el aire con un zumbido de fondo que acompaña el paso lento de la gente. Lo hace con parsimonia, como si quisiera retratar uno a uno a todos los manifestantes con su potente cámara. Un remedo del Big Brother orwelliano: "El gran ojo te está mirando" es el mensaje.
Pero a no mucha distancia se percibe algo diferente: por encima del molesto zumbido del helicóptero, se oye música. A un par de cientos de metros de la plaza, cerca del edificio de la Bolsa de Madrid, la solfónica, una orquesta integrada por músicos afines al movimiento 15M, está tocando un himno rodeada por un nutrido grupo de personas que corean la letra. El corro es numeroso y pacífico. Acompañando a la orquesta, hay quien canta, quien corea o tararea y quien simplemente acompaña con palmadas o con movimientos acompasados de los pies. Están haciendo algo. Luchan contra el ruido del helicóptero, contra los murmullos que vienen desde la plaza de Neptuno, contra el no saber qué hacer. El ruido crece. Se oyen detonaciones en la plaza. Pero la solfónica no se arredra y sigue con su compás alegre y decidido. Algunos miran nerviosos a los lados. Se percibe humo al fondo y siguen las detonaciones. Suena "Grándola, Vila Morena" de José Afonso, la canción que llevó el pueblo Portugués en el corazón cuando hicieron su Revolución de los Claveles. Emoción. Alguien grabó el momento con su cámara. Puede verse en el siguiente vídeo:



Siendo el vídeo de gran ayuda para hacerse una idea, es necesario estar allí para percibir que ese momento es único. Que una orquesta de músicos que creen en la cultura está desafiando al miedo, que se está plantando allí en medio para decir: ¡ya basta! ¡No nos dais miedo! La gente se arremolina alrededor de la orquesta. Más detonaciones, más humo, cada vez más cerca. Carreras. Pero la orquesta sigue, pulso firme. Decidida. "Va pensiero" del gran Verdi ¡no lloréis por vuestra libertad perdida!¡Luchad por recuperarla! Ni un solo instrumento flaquea. Nadie se mueve. Sirenas. Vienen furgonetas de la policia. ¡Muchas! Pasan a nuestro lado, alrededor, nos rodean, pasan de largo. Amago de carreras, pero la música nos retiene, mágicamente. La policía pasa de largo. El helicóptero repara en nuestro desafío. Se planta encima de nosotros. Parece estar señalando el próximo objetivo para los antidisturbios. Siguen las detonaciones. Sigue la solfónica. Labordeta: "Canto a la libertad". todos cantamos a pleno pulmón. Himnos mineros ("El pozo María Luisa"), el repertorio de la solfónica está bien escogido.Emoción, mucha emoción. El helicóptero se va,  mucha faena esa noche.
La música fue el refugio de muchos esa noche de carreras, pelotas de goma y botes de humo. La música da esperanza en un mundo falto de ella.

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NOTA (17 de noviembre de 2012): Se añade aqui un enlace al blog de la Solfónica: https://sites.google.com/site/lasolfonica/project-updates/cantamosenlahuelgageneraldel14n.donde puede encontrarse una crónica de aquella noche, escrito por los propios miembros de la orquesta.

NOTA (21 de noviembre de 2012): En el siguiente vídeo se muestra otro momento del concierto de la Solfónica de la noche del 14N, en el que, durante el "Canto a la libertad" se aprecian los botes de humo, las carreras y el paso de la policía al lado de la orquesta y su audiencia:

El siguiente enlace muestra el anterior vídeo y además una crónica del mismo momento, por otra persona que también lo vió, percibió lo especial de ese momento, y ha querido compartirlo en su blog "Express del gato" (http://expressdelgato.tumblr.com/post/35836164997/despues-de-la-jornada-de-huelga-nos-tomamos-un).






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